Mapuches ignoran estado de emergencia
TEMUCO. El nuevo estado de emergencia en las regiones meridionales de Biobío y La Araucanía entró en vigor ayer, pese a las reticencias del Gobierno y de manera muy discreta, con escasa presencia militar en las rutas principales y carreteras de costa y en medio de una importante concentración de grupos mapuches para defender a sus "presos políticos".
La entrada en vigor del estado de emergencia, al que el nuevo Gobierno liderado por el progresista Gabriel Boric se opone y al que se ha resistido buscando otras alternativas, coincidió con un gran ceremonia mapuche frente a la cárcel de Temuco a la que asistieron decenas de personas y en la que participaron destacados líderes de la comunidad.
Entre ellos, uno de los portavoces de la Coordinadora Arauco-malleco (CAM), grupo mapuche de resistencia radical que s atribuye diferentes ataques, y lonkos (autoridades tradicionales) como Alberto Curamil, quien en 2019 fue condecorado con el premio Goldman, que reconoce al activista ambiental más importante de Centro y Suramérica.
Los congregados celebraron una ceremonia para pedir un régimen de visitas más flexible y el traslado de “los presos políticos” a una cárcel con otros miembros mapuches, en la que no estén mezclados “con los prisioneros comunes”.
La reivindicación forma parte del enconado debate que existe en Chile sobre la definición de “presos políticos”, una figura que rechazan los movimientos de derecha, que califican de terroristas a los mapuches y de alborotadores y delincuentes a los arrestados durante el estallido social de 2019.