Cuando el primer libro completo de anatomía humana, The historie of man de John Banister, apareció en 1578, los órganos reproductivos femeninos estaban ausentes de sus páginas, por ser considerados indecentes. En la Inglaterra de mediados del siglo XIX, el uso del espéculo para examinar la salud reproductiva de las mujeres causó controversia, en parte por el temor a que el instrumento pudiera inducir en las pacientes una “forma de histeria”. Con ejemplos como estos, tomados de publicaciones canónicas, campañas de salud pública y testimonios de pacientes, el libro Unwell Women: Misdiagnosis and Myth in a Man-made World, de Elinor Cleghorn, nos recuerda que, en la historia de la medicina occidental, los factores sociales y culturales –las creencias religiosas, los prejuicios y lo mitos– han tenido un papel