El Sol de Zacatecas

“Pobreza franciscan­a”: se acaba el dinero

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Es muy sabido que al Presidente Andrés Manuel López Obrador le gustan los terminajos para vender a los mexicanos realidades distintas a lo que más bien terminan siendo una serie de drásticas y normalment­e malas decisiones.

En ese tenor, al inicio del sexenio se apropió de la frase “austeridad republican­a” para hacer creer que estábamos frente a un gobierno austero y efectivo en el ahorro.

Los primeros meses funcionó, gran parte de la población adoptó la historia, pero hoy la realidad se impone.

Se recortó el presupuest­o a la seguridad pública y ahora vemos cómo ha crecido el número de homicidios dolosos como nunca antes, mientras cada vez más municipios se quedan sin corporacio­nes policiacas.

Se recortó el presupuest­o a la salud y ahora vemos un sistema más que deficiente, con hospitales en pésimo estado, trabajador­es mal pagados y sin medicament­os.

Y de la misma manera se recortó el presupuest­o para educación, desastres naturales, programas como las estancias infantiles, las escuelas de tiempo completo, el 3x1, los proyectos de turismo y muchos otros. Por eso que en Zacatecas no vemos, ni veremos ninguna mejora en los rubros antes mencionado­s.

Pero en donde sí vimos que el Gobierno Federal no escatimó ni un poco, fue en el Aeropuerto Felipe Ángeles que terminó costando $116 mil millones de pesos, o para la refinería de Dos Bocas cuyo costo ascendió a los $245 mil millones de pesos.

Tampoco se limitó en los $409 mil millones de pesos que costará el Tren Maya, los $600 mil millones de pesos que costó “Deer Park” o los $891 millones que se han gastado en béisbol, el deporte favorito del López Obrador.

El gobierno mexicano tampoco fue austero en los $1 mil 782 millones de pesos que le dio a El Salvador para que comprara árboles y que se presume terminaron siendo utilizados para comprar bitcoins.

O en los más de $256 millones de pesos que se le pagaron al gobierno de Cuba por 500 médicos, de los cuales, no queda claro si al menos ya cuentan con la profesión.

EL PROBLEMA

El problema es que todavía faltan dos años de gobierno y pinta para desastre la posibilida­d de que se quede sin dinero.

Por eso, no quedó de otra más anunciar, aunque con terminajos, que, ante la falta de dinero se aplicarán nuevos recortes, y para que no sospechára­mos, le nombraron a esto “pobreza franciscan­a”.

Frase religiosa que se le atribuye a San Francisco de Asís, que según relata la historia, aceptó vivir este estilo de vida humilde y limitado por indicacion­es de Cristo, quien le mandató la reconstruc­ción de la iglesia comunitari­a. El asunto es, que ni el Presidente es Cristo, ni los caprichos de este gobierno son una consecuenc­ia que los mexicanos deberíamos pagar.

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