Construcción de la paz: cuando se quiere se puede
Poca es la esperanza de bienestar o siquiera mínima tranquilidad para una sociedad sumida en creciente violencia, con presencia y acción cada vez más extensa y agresiva de la delincuencia organizada, al extremo de tomar ciudades enteras sin reacción alguna por parte de las autoridades.
Desafortunadamente, México se encuentra en ese caso. Uno de los indicadores más claros de ello es el récord que alcanzó en 2021 la comisión de uno de los delitos más dañinos de este tipo de criminalidad: la extorsión. Fueron nueve mil 407 las víctimas que denunciaron. Otro dato escalofriante: en 44 meses de gobierno de la presente administración se registró la más alta cifra de homicidios dolosos en la historia de México: 126 mil 287, contra 78 mil 979 del sexenio anterior en el mismo periodo.
Las cosas no se ven bien para México, pero existe una solución comprobada para esta desesperada situación: el Modelo Coahuila. Para explicar detalladamente esa experiencia, que hasta hoy sigue siendo la única funcional en la historia de México, y que mantiene a la entidad en paz social y libre de la acción degradante de la delincuencia organizada, Rubén Aguilar Valenzuela y quien esto suscribe, como coautor, escribimos el libro Jaque Mate al Crimen Organizado. Coahuila: una estrategia multidimensional para la paz, editado por Planeta, con prólogo de Jorge G. Castañeda. Hay esperanza para México, como este libro lo demuestra. Coahuila, a partir de una firme voluntad política del Ejecutivo estatal de solucionar el problema, una acción concertada y de coordinación continua entre los tres órdenes de gobierno y la sociedad, implementó una estrategia multidimensional e integral.
Entre otras cosas, se limpió, capacitó, reorganizó en un mando único y equipó con bastedad a las policías estatal y municipales, especialmente a éstas últimas, que son el eslabón débil en la cadena de las fuerzas del orden. Es importante mencionar que se les dieron entonces, y se les dan ahora, los mejores salarios y prestaciones entre las corporaciones policiacas del país.
Al crimen organizado se le cerraron todas las fuentes de financiamiento, como casinos, centros nocturnos, venta de alcohol, palenques y “yonkes”.
A la población se le dio lo que necesitaba para progresar y no ver en la delincuencia una opción, como empleo y mejores salarios.