Razón de ser de la autonomía universitaria
Acerca del tema de la autonomía universitaria han escrito muchas plumas muy prestigiosas. Yo trataré de hacerlo centrándome ahora en su razón de ser, en su esencia, aunque ya me he ocupado varias veces del asunto. ¿ Qué es la autonomía? En principio no depender de nadie, es decir, ser libre, no estar subordinado a nada ni a nadie. En consecuencia y con base en lo anterior la UNAM no depende sino de ella misma, aunque se subordine a la ley.
En efecto, su autonomía consubstancial —enseñar, investigar, difundir cultura— nacida de su propia naturaleza y de la historia nacional la llevó a darse una ley interna en el año de 1929, ya reconocida y tutelada por el artículo 3o de la Constitución que la define como responsable de gobernarse a sí misma, en los términos del propio artículo 3o, respetando la libertad de cátedra tanto como el libre examen y discusión de las ideas.
Escribir, hablar, opinar, manifestarse en cualquier sentido con absoluta libertad es parte esencial de nuestra naturaleza y razón de ser en la sociedad. He dicho libertad que en ningún caso puede ser absoluta conforme al artículo 3o constitucional, prohibiéndose toda inquisición judicial o administrativa salvo “cuando ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público”; lo que corresponde a la condición social de la libertad, inconfundible con el libertinaje.
Por lo tanto, se trata de la que llamo libertad autonómica en que se depende de uno mismo, pero sin lesionar los derechos de terceros.
Hombre=universidad=autonomía. Trinomio que define nuestra razón de ser libres y autónomos en un camino cuya luz no se extingue. Nuestro lema lo explica perfectamente, POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU, que ubica el libre albedrío, dolor de cabeza de tantos filósofos, en el eje de una libertad que eleva la palabra universitaria hasta la cumbre. El autor de nuestro lema, José Vasconcelos, fue visionario: somos la Raza Cósmica con la firme voluntad que la guía.