SERGIO FLORES, SIN FORTUNA
EL DE TLAXCALA, A PESAR DE SU BUENA VOLUNTAD, NO TUVO LA SUERTE DESEADA CON EL GANADO
VICFEZE NS A C, Francia. Sábado 19 de mayo( Suerte matador ).- Tarde de silencios y poco contenido se vio este sábado en la corrida de la Feria de Pentecostés, en el coso “Les Arenes-Joseph Fourniol”, que registró dos tercios, donde actuaron con destacada voluntad los diestros, el español Manuel Escribano, el mexicano Sergio Flores y el colombiano Sebastián Ritter. El primero de Valdellán, que abrió plaza, tuvo movilidad, lo que en banderillas hizo que Manuel Escribano no estuviese cómodo ni se acoplara. La faena careció de emoción con un toro de cierta bondad, aunque no se le podía bajar la mano porque blandeaba. Mató de estocada habilidosa. El cuarto de la tarde, de Los Maños, fue muy encastado y tuvo mucha vibración. Escribano anduvo más entonado en un tercio de banderillas que tuvo mucha emoción siendo muy aplaudido. En la muleta el toro humilló, aunque le faltó un punto de transmisión, realizando una faena aseada en la que no llegó a encontrar el acople. El toro fue ovacionado en el arrastre. En el segundo, de Los Maños, Sergio Flores brilló en su recibo de capote con ceñidas verónicas rematadas con una media de cartel. La faena duró muy poco puesto que el animal se coló con peligro cuando el mexicano intentó pasarle por ambos pitones, optando por abreviar. Muy alto, largo y ofensivo de pitones fue el quinto, de Valdellán, que embistió a la muleta sin excesivo recorrido y sin presentar mayores complicaciones. La faena de Flores resultó aseada, sin terminar de conseguir brillo, ni de confiarse el torero. Se atascó con el descabello. El tercero de Valdellán fue devuelto a los corrales tras salir descoordinado de atrás y fue sustituido por un sobrero de la misma ganadería. El astado resultó un tanto complicado porque nunca llegó a romper de verdad. El colombiano Sebastián Ritter anduvo valiente y consiguió estirarse y sacar pases de mucho mérito. A pesar de no tener enemigo, anduvo bien para ser un torero poco placeado. El que cerró, de Los Maños, llegó al último tercio mirón, distraído y con sentido. La faena de Ritter fue de trámite a un toro que no tenía dentro absolutamente nada. No anduvo fino con los aceros.