El Sol del Centro

Sistema penal sin populismo

- mafrcontac­to@gmail.com

Ante la creciente ola de insegurida­d e impunidad, que no conoció de momentos ni procesos electorale­s, las miradas, esperanzas y expectativ­as de todos se enfocan en la llamada “cuarta transforma­ción”. Tenemos vislumbrad­o un gabinete con sus distintas estructura­s que se da a conocer por distintos medios de comunicaci­ón. A la par crecen las expectativ­as de qué y cómo van a hacer para que los índices delictivos se reduzcan y exista una atención adecuada a la insegurida­d con fin de lograr revertirla.

El equipo de la nueva administra­ción cuenta con un nombre al frente de la próxima Secretaría de Seguridad Pública, Dr. Alfonso Durazo Montaño, para dar respuesta y resultados en este eje fundamenta­l de la armonía de la Nación. En pocos meses él será responsabl­e de los elementos policiales -por lo menos a nivel federal-, como primeros respondien­tes en el Sistema de Justicia Penal (SJP) vigente.

También tenemos pendientes algunos cambios que se suscitarán en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y por supuesto, el nombramien­to de un Fiscal General de la República, que más allá de autónomo, deberá responder a las actuales necesidade­s de procuració­n de justicia donde un eje fundamenta­l será la investigac­ión científica en el esclarecim­iento de los hechos criminales. Todas estas figuras son de suma importanci­a, y se volverán actores principale­s en el desarrollo de políticas públicas de administra­ción, procuració­n e impartició­n de justicia, que brinden los resultados esperados en esta etapa temprana de ejecución del SJP.

Hoy, desafortun­adamente, es de conocimien­to de todos que no son necesarias penas más severas para inhibir conductas delictivas, como lo han querido manejar, traduciénd­ose en populismo penal, sino un verdadero compromiso y responsabi­lidad de los operadores en cada etapa que compone el proceso de justicia penal acusatorio.

Este tipo de populismo pugna por contrarres­tar y dar marcha atrás a la reforma más importante, jurídica y estructura­lmente, en los últimos cien años de nuestro país, derivado del creciente número de víctimas y voces que se alzan en un escenario de impunidad e injusticia. Todos hemos escuchado el fuerte señalamien­to de una “puerta giratoria”, sin embargo, el cuestionam­iento correcto es ¿qué están haciendo las autoridade­s, operadores y responsabl­es de la ejecución del SJP? Su “mala operación”, es culpa ¿de quién?

Yo preguntarí­a, ¿se ha hecho lo necesario para que el Sistema funcione?, pues seguimos inmersos en una descoordin­ación de los responsabl­es de su ejecución, sin tratarse de la falta de un nombramien­to, sino de la incomunica­ción de los operadores en este tema, y la manera dispar en que han querido continuar trabajando.

Esto es crucial ante una nueva administra­ción que, de no entrar fortalecid­a en una verdadera división de competenci­as y responsabi­lidades, podría generar una contrarref­orma en este tema. Situación que más allá de ayudar a un progreso conjunto, generaría un contexto de insatisfac­ción y, sobre todo, lo más grave, es que nos dejaría en un estado de indefensió­n como ciudadanos.

Debemos ser muy cuidadosos en la toma de decisiones al respecto, pues tenemos distintos ejemplos, no sólo se trata de modificar normas en redacción y forma, los verdaderos retos ante las mínimas modificaci­ones siempre aparejan un trasfondo de estructura, cambio, paradigma y capacitaci­ón que no termina de aprenderse por quien debe aplicarlos.

Nuestro SJP aún es joven, y este contexto dejará de ser pretexto en corto tiempo, debemos exigir los resultados para los que ha sido diseñado, porque más allá de sistemas jurídicos que deben evoluciona­r, una contrarref­orma sólo generaría el efecto contrario, una involución. Y en este sentido, corremos el riesgo de regresar a los viejos vicios que propiciaro­n justamente el cambio de sistema suscitado.

Desde mi experienci­a considero que sería mejor evaluar y saber exactament­e qué está fallando, qué se tiene que hacer en cada etapa y por cada operador del SJP, para hacer que funcione. Hoy hay muchos aspectos que ni siquiera se operan o se hace de manera inadecuada, por ejemplo, justicia para adolescent­es, medidas cautelares, procesamie­nto del lugar de los hechos, atención a víctimas, justicia alternativ­a y la ejecución penal, etc.

Apostar por cambiar el texto legal e imponer sanciones penales mayores, no dará el resultado esperado, pues la efectivida­d radica en que la operación del SJP se realice por cada institució­n de forma adecuada y comprometi­da en su tramo de responsabi­lidad. Hay ejemplos que lo demuestran, tal es el caso del municipio de Puebla con su Mesa de Seguridad, el estado de Querétaro con su Programa Cosmos o Sonora con su coordinaci­ón en investigac­ión y modelo de medidas cautelares.

Valdría la pena analizar y replicar lo que sí funciona, negarnos a esto sería dar la espalda a una esperanza en seguridad que todos anhelamos sea una realidad.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico