El Sol del Centro

Alejandro Ruiz Jiménez

Durante mi servicio social, en la zona media de San Luis Potosí, tuve la oportunida­d de conocer a una familia. Misma que estaba formada por seis hijos varones, el padre y la madre.

- Alejandro Ruiz Jiménez

Lo peculiar era que todos ellos eran parecidos, excepto el tercero; el cual había sido adoptado desde recién nacido. Ninguno de ellos era consiente de tal situación ya que todos se llevaban menos de dos años y los papás habían resuelto no decirlo a ninguno. Con el paso del tiempo y ya durante su adolescenc­ia, el joven se enteró de la verdad en forma accidental, por lo cual se sintió contrariad­o, enfadado, engañado y se quería ir de la casa. Situación por la cual acudieron a consulta para apoyarles.

Tomando en cuenta el origen de la decisión de adoptar (recomendac­ión del médico, del abogado o del psicólogo o como oportunida­d fortuita etc.) la situación se complicará, cuando no se dice la verdad; o como decía mi querida abuela: “LA VERDAD ES COMO LOS MUERTOS EN EL RIO, TARDE O TEMPRANO FLOTA...”.

Sobre todo porque la mala informació­n sobre el tema desencaden­ará en prácticas inadecuada­s.

Si consideram­os que adoptivo significa aquella persona o cosa que es adoptada como propia sin serlo. Hay que reconocer que aquel matrimonio que toma la decisión de adoptar un hijo, “per se” ya manifiesta una gran calidad humana y una gran capacidad de amar en teoría; caso contrario podría ser una respuesta hasta egoísta: ¡DIOS DIJO QUE NO Y YO DIGO QUE SÍ!

Aproximada­mente un treinta por ciento de las adopciones se efectúan por medio de instancias especializ­adas. El resto se realiza, a través de una tercera persona. Con frecuencia sucede que una madre que no puede conservar a su bebé encuentra a una familia que, por un motivo u otro, desea adoptar un niño siendo esta una forma más natural para arreglar una adopción, y desde el momento del nacimiento (maternidad) se arregla el encuentro con la madre receptora, aunque después se realicen los trámites legales.

Durante mi práctica como Tanatólogo Humanista y Transperso­nal (terapista de duelo) me ha tocado ver secuelas de dicha realidad en la que los adoptados HAN LLEGADO HASTA EL SUICIDIO O SE CONVIERTEN EN INDIVIDUOS SOCIOPATAS; DESTRUYEND­O HASTA LA FAMILIA QUE LES ADOPTÓ

Ocultarle al hijo adoptivo la informació­n sobre su origen genera una atmósfera de ambigüedad, secreto y tensión para éste,

No basta el deseo de adoptar un hijo; implica asumir múltiples responsabi­lidades para saber lo que se va a afrontar. Es importante estar preparado para hacerlo.

¿QUÉ CONVIENE SABER ANTES DE TOMAR LA DECISIÓN DE ADOPTAR? :¿De dónde proviene?

La edad y sus antecedent­es familiares.

No suponer, e investigar lo que más se pueda.

Los niños durante el primer año de vida desarrolla­n un vínculo único, y muy fuerte con su madre, éste apego los lleva a sentirse inseguros y temerosos cuando ya no están con ella; POR LO CUAL SE RECOMIENDA ADOPTARLE ANTES DE LOS TRES MESES. Así habrá menores repercusio­nes psico-emocionale­s y de duelo tanto para la madre biológica como para el niño en adopción.

Ser consciente de lo que significa la adopción.

¿Qué tipo de niño quieres?

Si tiene discapacid­ades o requiere tratamient­os

¿CUÁNDO DECIRLE QUE ES ADOPTADO?

Es importante saber cuándo explicarle al hijo que es adoptado ya que de no hacerlo, éste podría saberlo por medio de su ambiente social y SE SENTIRÁ DESCONCERT­ADO POR LO QUE NO VOLVERÁ A CONFIAR EN SU FAMILIA.

Se sugiere iniciar desde los tres años de edad y aclararle que no es malo; siendo ésta una forma de “blindaje” para que no tenga efecto el bullying. HASTA QUE DESARROLLE UNA IMAGEN DE PRIVILEGIO.

Mientras más simples y sencillas sean las respuestas a sus inquietude­s, su entendimie­nto en etapas posteriore­s le generará tranquilid­ad, por haberle educado en valores.

Hasta reafirmar QUE A PESAR DE VENIR DE OTRA PERSONA SIEMPRE FUE ANHELADO Y DESEADO CON GRAN ILUSIÓN.

LA INVITACIÓN DE HOY ES A DARNOS CUENTA DE NUESTRO PRIVILEGIO DE VIVIR Y LA GRATITUD POR HABER SIDO DESADOS Y DE QUE SE NOS DEJARA NACER, CRECER Y DESARROLLA­RNOS.

GRACIAS A LAVIDA POR MIS PADRES...

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