Taxistas sufren por constantes robos y asaltos
Se sienten indefensos ante una autoridad que solamente los hostiga, pero no los protege
El miedo es constante, cada pasajero prende los focos de alerta y exacerba los sentidos de los trabajadores del volante, ante la posibilidad real de un robo, lesión o, en el peor de los casos, que se niegue a pagar por los servicios prestados.
Dice un dicho que la burra no era arisca. Tampoco el temor de los taxistas, muchos de los cuales han sido encañonados y otros “picados” con arma blanca. No son pocos los que han muerto y de quienes pocos se acuerdan.
Elizabeth, quien hace cinco años se encuentra tras el volante de una unidad de alquiler accede a platicar con EL SOL DEL CENTRO, con la condición de no revelar el número económico del taxi que conduce ni ser fotografiada.
Con el miedo aún reflejado en sus ojos, recuerda con angustia que hace menos de un mes fue asaltada por dos delincuentes que no tuvieron consideración siquiera de su condición de mujer. La ayuda policial llegó cuando ya todo había pasado, como suele ocurrir.
“A estos dos tipos los subí en el Hospital General de Zona número 2 del IMSS y me pidieron que los llevara al fraccionamiento J. Guadalupe Peralta, ya estando ahí me sacaron un desarmador y me dijeron que ya había valido. El de atrás me puso otro desarmador y comenzó a escuchar en el interior del coche, gritándome también que ya había valido, puras groserías”, dice con la angustia todavía reflejada en su tono de voz.
Tras apoderarse de su teléfono celular y del dinero que en esos momentos tenía consigo, producto de un día de trabajo, los asaltantes salieron del auto y se dieron a la fuga con rumbo desconocido. Para fortuna de Elizabeth, el amago con los desarmadores quedó sólo en eso y no sufrió lesión alguna, pero esa noche, y muchas más desde entonces, no ha podido conciliar el sueño.
Ahí se quedó por unos minutos, sin saber qué hacer, hasta que reinició la marcha en busca de una patrulla. También dio aviso a sus compañeros a través de un grupo de WhatsApp que los choferes crearon para cuidarse entre ellos, ya que consideran que la autoridad no hace su trabajo.
Lo peor estaba por venir, porque los rateros sí fueron localizados y enviados al Centro de Reeducación Social para varones de Aguascalientes, de donde están a
punto de salir, al no existir causal para mantenerlos encarcelados.
“Me han citado a audiencia el próximo 25 de este mes, solo para darme a conocer que los dejaran en libertad, porque como no tienen antecedentes penales los van a soltar. La autoridad se conformará con reparar los daños y van a salir porque dicen que no fue un delito grave. Van a salir y van a volver a andar en las mismas, ya me robaron mi tranquilidad, como les ha ocurrido a muchos de mis compañeros, los asaltan y luego los delincuentes salen, amenazan a nuestras familias, andan drogados, nada les importa y las autoridades no nos ayudan. Esto no es justo”, considera.
Ello ha llevado a los trabajadores del volante a portar machetes y otro tipo de armas, no para agredir, sino para utilizarlas en su defensa, “muchas autoridades nos hostigan, nos hacen cumplir de más, pero no nos garantizan nuestra seguridad ni nuestra vida”, se lamenta.