Vacunas, sí o sí
Las niñas y niños en primera infancia deben recibir oportunamente sus vacunas para evitar que enfermen y sufran padecimientos que pueden ser prevenidos
Desde que Alejandra nació me daba miedo vacunarla, y siempre iba con temor a la aplicación por la posible reacción y no daba la atención que merecía el tema de sus vacunas”, comenta Esmeralda Martínez mamá de Alejandra quien ahora tiene 4 años, y agrega: “Me preocupé cuando dos de sus primos se enfermaron de varicela, y unos días después mi cuñado de influenza tipo B. En ese entonces Ale tenía un poco menos de 2 años, y yo pensaba que, si estaba en casa y bajo mi cuidado no pasaría nada, pero me equivoqué”.
De acuerdo con Rodrigo Romero, secretario de la Asociación de Vacunalogía A.C., es muy importante que las niñas y los niños en primera infancia reciban todas sus vacunas, principalmente para evitar que enfermen y que sufran los síntomas de los padecimientos que pueden ser prevenidos a través de la vacunación oportuna y agrega que “si los niños no reciben las vacunas que les corresponden por edad, están bajo varios riesgos que van desde promover el contagio a las demás personas con las que conviven por ejemplo en la escuela, en los lugares pú
blicos como es el parque o el centro comercial, y en la casa al resto de la familia, así como que la enfermedad evolucione negativamente, que haya secuelas o incluso, si surge una complicación haya pérdida de la vida.”
El experto recomienda de manera puntual a las madres, padres y cuidadores que conozcan las vacunas que se recomiendan desde los 0 años para el cuidado de la salud de sus hijas e hijos, y que en caso de no saber, busquen información en la página web de la Asociación de Vacunalogía (www.amv.org.mx/), acerca de cuáles son las que se sugieren, además de que pueden hacer consultas específicas sobre dudas o inquietudes relacionadas al tema.
“Cuando Ale empezó a llorar y a quejarse de un fuerte dolor de cabeza, la llevé al médico, le dije lo que pasaba con mi hija y la situación en la familia. El doctor fue tajante, me preguntó si mi hija tenía todas sus vacunas, y en ese momento sentí que se movió el suelo, yo me sentí muy mal”, recuerda Esmeralda y finaliza: “Con mucha vergüenza le dije que solo algunas. Afortunadamente, Ale tuvo una infección en las vías respiratorias que se pudo tratar sin mayor complicación, pero aprendí mi lección: el cuidado en casa no es suficiente; ella debe recibir todas sus vacunas.”
Rodrigo Romero destaca que es imprescindible que además de las niñas y niños en primera infancia reciban las vacunas que requieren, sus madres, padres y cuidadores deben de tener también su registro de vacunación al día, ya que eso disminuye el riesgo de contagio, además de fortalecer el cuidado de la salud de la familia.