El Sol del Centro

Nocturno a mi madre

- Juan Salvador López

En memoria de Celia y Adelaida. Mayo es el mes de las madres, por lo que la columna del día de hoy, como usted aprecia, lleva el nombre de NOCTURNO A MI MADRE, texto de la autoría del poeta poblano ERNESTO MORENO MACHUCA, (1919-2008), cuyo mensaje emotivo y bello, despierta nuestros sentimient­os más íntimos de amor hacia quien nos regaló la existencia y que el poeta Moreno Machuca , recrea y conmuev. El poema es una oración, una plegaria, una súplica que un hijo eleva al creador por la salud y la presencia física de su madre que siente su próxima e irremediab­le ausencia, es un canto de amor filiar de un hijo a su madre deseándole una vida saludable, duradera y eterna.

NOCTURNO A MI MADRE /ERNESTO MORENO MACHUCA.

I.- Madre: Yo no sé por qué bajaron los luceros a la fuente; /será para ver tu rostro y besar tu linda frente y/ darte la luz plateada / para platearte las sienes.

Yo no sé por qué sollozan mis pobres ojos al verte, / ni por qué se me despierta /el niño azul de mis duendes.

Será porque voy mirando cómo tu faz envejece, /cómo tus ojos se ciegan y tus manos /ya no tienen el vuelo con que trazaban bendicione­s celestes.

Será porque me cercioro que ya tus labios no tienen más canciones, /que los rezos que entre tu pecho se duermen, /como antaño se dormía el niño que fui /sonriente.

Yo no sé por qué bajaron los luceros de oro a mi mente; /será para contemplar­te de cerca, /los ojos rientes y robarles la pureza de su fulgor permanente.

Y no sé por qué sollozan mis pobres ojos al verte; /Será porque ya tus pasos no son agiles y alegres, /como antaño, /cuando daban a mis pies, andares breves.

¡Será porque con el tiempo más católica te vuelves y /cumples entusiasma­da tus “nueve viernes” y /no sales de la iglesia donde me mandas, a veces.!

II.- En cambio, sé por qué lloro en las noches, de repente/ de pensar que puedes irte así no más, para siempre, / dejándome sin tus ojos, / sin tus consejos solemnes, /y sin tu voz y sin tus risas que son como pan celeste.

III.- Madre, Yo no sé por qué me tiemblan las palabras, cuando miro que te vas apagando/ como se apagan los sirios; /que se te llena la cara de arrugas y de caminos/por donde ya transitaro­n los duendes de los suspiros, /labrando surcos de tiempo, empapados de roció.

Y no sé por qué contemplo entre tus brazos queridos, /una imaginaria libre de penas y ruidos/ donde quisiera quitarme un momento, / los cilicios de la amargura dejada por los amores fingidos.

IV.- Madre; Ignoro por qué bajaron los luceros a la fuente; / será para contemplar­te los ojos, dulces y rientes, / y darle su luz plateada para platearte las sienes.

Y no sé por qué sollozan mis pobres ojos al verte, /ni por qué se me desborda el pecho, como torrente.

¡Será porque voy mirando como también envejece mi corazón traicionad­o / que solo espera la muerte. !

¡ Ay Madre, no te envejezcas ni te marches de repente, /dejándome sin tu vida, /sin tu presencia terrestre y /sin tu mano que traza bendicione­s en mi frente!

Deja que tome los astros que bajaron a la fuente y /me bañe la cabeza para platearme las sienes/ y me nutra con tus risas que son como pan celeste, / ¡ y déjame que te cante antes de que llegue la muerte !

HOMENAJE A TODAS LAS MADRES DEL MUNDO, EN ESTE MES DE MAYO.

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