¿Por qué nos importa Twitter?
Hace unas
semanas, el magnate Elon Musk adquirió la red sociodigital Twitter por 44 mil millones de dólares –una cantidad inimaginable para la mayoría de nosotros—y con ello ha desatado toda una serie de especulaciones acerca de si la red, como la conocemos, va a desaparecer o dará paso a otra cosa diferente.
La verdad es que, para la gran mayoría del público usuario de redes en México, esta red, con sus 13.5 millones de cuentas, está muy por detrás de otras como WhatsApp (90 millones), Facebook (85 millones), YouTube (43 millones) o Instagram (36 millones). Está claro que Twitter no es una red que pueda reflejar fielmente las opiniones mayoritarias de la población.
Entonces, ¿por qué debería importarnos lo que suceda con ella?
Entre fines de la primera década y el inicio de la segunda de este siglo, Twitter sirvió como un espacio que aglutinó y ayudó a estructurar movimientos sociales interesantes, desde el #OcuppyWallStreet hasta la “Primavera árabe”, pasando por las protestas en España conocidas como “15M”, las estudiantiles en Chile y, desde luego, el @Másde131 y el #YoSoy132 en México en 2012. Mucho ha cambiado en Twitter desde entonces. Su potencial político ha sido utilizado por grupos que apuestan más por el miedo y la división que por construir un mundo mejor. Y también su estructura tecnológica ha cambiado: la incorporación de algoritmos en Twitter en 2016 modificó la forma puramente cronológica en que nos aparece la información con el fin de “acomodarla” con base en variables como la localización geográfica, la popularidad del tuit o las personas que uno sigue (entre otras muchas más). Más aún, Twitter, antes de ser adquirida por el Sr. Musk, presentaba problemas en términos de su capacidad para mantener a raya los discursos de odio, la participación de cuentas falsas (los famosos “bots”) utili
zados para inflar tendencias artificialmente o difundir desinformación, y no había logrado establecer con claridad un modelo de comercialización exitoso.
A pesar de todo, esta red tiene una importancia muy por encima de su menor número de usuarios frente a otras redes, sin dejar de ser controvertida y compleja. A simple vista podría parecer que Twitter es un espacio para compartir los enojos y las frustraciones de la vida cotidiana, y donde siempre hay gente que se opone, que critica, que opina o que insulta. Pero hay mucho más que esto.
Para empezar, en muchos países, incluido México, Twitter es la red que sirve como termómetro para conocer de los asuntos más discutidos y también más polémicos en la sociedad. Y esto es resultado de que es la red que reúne al mayor número de figuras de la vida pública, incluyendo artistas, deportistas, intelectuales, políticos y periodistas. Twitter se ha vuelto indispensable en el ciclo informativo actual.
Twitter también ha sido la red que más rápido y más ampliamente ha dado voz a grupos e intereses que necesitaban tener un mejor sitio en el espacio público –desde movimientos feministas y raciales, hasta ecologistas y proderechos de animales. En su lado oscuro, ha dado voz y ha permitido la organización de grupos intolerantes, xenófobos y racistas.
Para el periodismo, Twitter ha sido muy útil al servir como la plataforma más rápida para difundir noticias de último minuto, pero también para conocer de lo que ocurre en sitios y localidades donde la cobertura informativa tradicional es escasa e intermitente. Aunque en su lado oscuro, también de estas características se ha servido la desinformación.
Como usuario común y corriente, Twitter es, entonces, el sitio para estar enterado y conocer de asuntos de interés general. Pero es más que eso. Como ninguna otra plataforma y con un poco de voluntad, más allá de la polarización, los enojos y los insultos, Twitter ofrece espacios de aprendizaje y conocimiento sobre cosas nuevas, ideas originales, tendencias y personalidades interesantes. Twitter también genera la sensación de estar “conectado en tiempo real” con las cosas que están ocurriendo. No sabemos qué es lo que va a suceder con esta red. Mi sugerencia es que, ante esta incertidumbre, tratemos de usar estas posibilidades de aprendizaje y conexión del mejor modo posible: uno que nos de la posibilidad de vivir mejor nuestro día.
Como usuario
común y corriente, Twitter es, entonces, el sitio para estar enterado y conocer de asuntos de interés general. Pero es más que eso. Como ninguna otra plataforma y con un poco de voluntad, más allá de la polarización, los enojos y los insultos, Twitter ofrece espacios de aprendizaje y conocimiento sobre cosas nuevas, ideas originales, tendencias y personalidades interesantes. Twitter también genera la sensación de estar “conectado en tiempo real” con las cosas que están ocurriendo.