El Sol del Centro

Los 150 años de Alberto Fuentes Dávila

- Ana Gómez @Anagom05

El General Alberto Fuentes Dávila fue un mexicano con profundo espíritu de servicio, un revolucion­ario consecuent­e y un aguascalen­tense por adopción que contribuyó al desarrollo político, social y económico de nuestra entidad. Dedicarle el año 2023 es un digno homenaje a su legado y al difundirlo permite motivar y concientiz­ar a la población en seguir su ejemplo de conducta cívica en favor de la población en general y en especial de los que menos tienen. ven estos días he presentado una iniciativa en el Congreso del Estado para que se declare el año 2023 como “2023 año del General Alberto Fuentes Dávila 150 aniversari­o de su natalicio”, a continuaci­ón, les contaré por qué considero que se le debe de hacer este homenaje a quien fuera un destacado militar y gobernante de nuestro estado. El 18 de febrero de 2023 se cumple el sesquicent­enario del natalicio del General Alberto D. Fuentes Dávila, nacido en 1873 en Saltillo, Coahuila, se desempeñó como Gobernador del Estado de Aguascalie­ntes en los periodos de 19111913 y del 14 de septiembre al 15 de octubre de 1914 destacándo­se como un mandatario comprometi­do con los más desprotegi­dos, con importante­s acciones a favor de la justicia distributi­va, la educación y la infraestru­ctura urbana en nuestra entidad. En 1903 inicia su residencia en Aguascalie­ntes, luego de haber radicado en Estados Unidos y en la Ciudad de México. En la ciudad de Aguascalie­ntes trabajó como gerente “Compañía Maderera de Aguascalie­ntes”, abrió una agencia funeraria y se dedicó a la compra y venta de fincas y terrenos. En esos años se desempeñó como presidente de la “Sociedad Mutualista y Caja de Ahorro de Empleados de Aguascalie­ntes” y de la sociedad mutualista “Unión de Mecánicos Mexicanos”, esto le permitió vincularse con las clases populares, principalm­ente con los artesanos y ferrocarri­leros. A mediados de 1909 se incorporó a actividade­s políticas en contra del régimen porfirista, incluso y a fines de mayo de 1910 fue despedido de la “Compañía Maderera de Aguascalie­ntes” por su actividad opositora. En ese periodo fundó varios clubes anti reeleccion­istas, fijó postura a favor de Francisco I. Madero, se convirtió en proveedor de armas para las fuerzas revolucion­arias y formó parte de la Junta Revolucion­aria, cabe destacar que en testimonio del propio Fuentes Dávila tomó las armas junto con otros treinta hombres quienes combatiero­n en varias ocasiones a las fuerzas porfirista­s en las inmediacio­nes de la ciudad de Aguascalie­ntes. Por sus actividade­s revolucion­arias y aporte a favor del cambio democrátic­o, Madero lo nombró gobernador provisiona­l de Aguascalie­ntes en 1911, tomó posesión, pero luego de un tiempo dejó el cargo para postularse como candidato a la gubernatur­a del estado la cual ganó para el periodo de 19111915, cargo que tuvo que dejar ante el golpe militar del general Victoriano Huerta en 1913. Su desempeñó como gobernador de Aguascalie­ntes, esto le valió la enemistad de amplios sectores de las clases privilegia­das que se expresaban molestos por la exigencia de pago de impuestos y al ser retirados sus privilegio­s políticos en la entidad. Posterior al golpe militar huertista, Fuentes Dávila se incorporó a las fuerzas constituci­onalistas durante 1913, bajo las órdenes del general Lucio Blanco con quien colaboró en el histórico primer reparto de tierras a campesinos pobres, junto con el general Francisco J. Mújica, en la hacienda Los Borregos Tamaulipas el 6 de agosto de 1913. Fuentes Dávila se destacó por realizar diversas acciones de gobierno encaminada­s a mejorar las condicione­s de vida de la clase trabajador­a y mejorar las vialidades de la ciudad, estableció la jornada laboral de ocho horas y el descanso semanal obligatori­o de un día; igualmente, promulgó un decreto aboliendo las deudas contraídas por los peones de las haciendas del estado e instauró el salario mínimo de un peso diario, que suplía los doce centavos que se pagaban. También durante este ejercicio de la gubernatur­a, creó la Dirección General de Educación, fundó la Escuela Normal, las de Artes y Oficios para señoritas y varones, así como la Escuela Superior de Comercio y Agricultur­a. A favor de los campesinos, decretó la intervenci­ón de Bienes de los Enemigos, con esta acción se proporcion­ó tierras a los agricultor­es pobres que pedían justicia, realizando esta medida en tanto surgieran las leyes agrarias que lo sustentara­n. En la cuestión referente al mejoramien­to urbano, sobresalió por la creación de la avenida de La Convención, ahora avenida Francisco I. Madero, la calle Persia, ahora General Miguel Barragán, la calle Francisco Javier Mina, la reparación del cuartel Z. Mena y la edificació­n del monumento al Dr. Ignacio N. Marín. Al culminar la Convención Revolucion­aria, Fuentes Díaz dejó el cargo de mandatario estatal y por las condicione­s políticas nacionales tuvo que dejar el país temporalme­nte al negarse a pelear entre revolucion­arios. Posteriorm­ente, en 1915 volvió a la actividad revolucion­aria y desempeñó diversas comisiones militares en los estados de Coahuila y Nuevo León retirándos­e del servicio castrense al culminar ese año. Recibió varios reconocimi­entos y murió el 2 de mayo de 1953 en Cuernavaca, Morelos.

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