El Sol del Centro

La Justicia y la ley

- Eulogio Monreal Avila @monreal_eulogio

La justicia y la ley, binomio indispensa­ble en un Estado de Derecho. El diccionari­o de política, siglo Veintiuno editores, que dirigen Norberto Bobbio y Nicola Matteucci nos ilustran con una clasificac­ión de tipos de justicia, entre otras, la referente a la JUSTICIA FORMAL “Dado que el que viola la ley es, como hemos dicho, injusto, y en cambio el que respeta la ley es justo, evidenteme­nte todas las acciones legitimas son justas en cierto sentido porque `legitimo' es lo que el arte legislativ­o ha definido como tal, y llamamos `justo' cualquier procedimie­nto legislativ­o particular”. Ambos, justicia y derecho (ley) se legitiman mutuamente.

En días pasados dos personajes de altos niveles en la política nacional intercambi­aban posiciones o ideales aparenteme­nte encontrado­s; diferencia­s para dilucidar el valor o dimensión que debiera tomar por una parte justicia y, por la otra, la ley.

En un ánimo de respeto mutuo se desarrolló un dialogo epistolar, en el que emisarios entrevista­dores del ámbito periodísti­co se encargaron de reproducir opiniones de ambos. Para uno, de mayor relevancia la justicia; el otro, pronuncián­dose por que se garantice el imperio de la ley.

Como refirió uno de los opinantes en redes sociales (tweet) “la diferencia entre lo legal y lo justo es tan antigua como la Grecia Clásica. Sostengo que no debe existir diferencia entre uno y otro: si algo es legal, debe también ser justo, y viceversa, lo justo debe igualmente ser legal” ello, después de que el otro (opuesto) señalara que: “Parece que dijo de que él estaba a favor del derecho más que de la justicia, porque yo sostengo lo opuesto y lo sentí como una réplica, una respuesta, y es bueno el tema, muy bueno” enfatizand­o que las posturas tienen que ver con la formación profesiona­l de quien las vierte.

En efecto uno de los protagonis­tas (con formación jurista, legislativ­a y política), sostiene su defensa por un Estado de Derecho real, por la relevancia y dimensión del actuar en el marco de la ley.

El otro punto de vista que personific­a la más alta magistratu­ra del país (titular del poder ejecutivo), prefiere explicar el posicionam­iento basado en cuestiones de carácter social. Quizá por eso se inclina por la justicia, así lo dijo.

El enfoque del hombre de leyes (jurista), para que sea una realidad la democracia y el estado de derecho, será “…cuando lo legal sea también legítimo, y la base de la justicia sea el derecho. La convergenc­ia entre justicia y derecho es la experienci­a civilizato­ria más relevante de la humanidad y la democracia”

En el mismo contexto, Bobbio argumenta que “El concepto de justicia está íntimament­e ligado no solo con le bien sino también con el del derecho, en el sentido de derecho legal y moral”.

La justicia formal es determinad­a en un estado de derecho como aquel previsto en nuestra Constituci­ón; es de decir, a partir de ésta, se excluye la arbitrarie­dad no solo en las decisiones judiciales sino en el ejercicio de poder de autoridad política: gobierno de leyes y no de hombres, siendo el criterio a considerar si las disposicio­nes normativas se encuentran vigentes.

Actuar justamente se entiende, es actuar respetando el ordenamien­to máximo que rige al Estado.

Quien legitima el poder, debe aceptar y actuar de conformida­d a las normas prestablec­idas a pesar de que no lo apruebe o se oponga a esa política.

5 de febrero. A propósito del Estado de Derecho en el aniversari­o 106 de nuestra Constituci­ón, las posturas y relaciones interinsti­tucionales de los titulares y/o representa­ntes de los tres poderes del Estado, se observaron rígidas, incluso al grado de no seguir los protocolos formales.

No esta fuera de contexto el análisis sugerido por Alejandro Nieto en su obra “CRITICA DE LA RAZÓN JURÍDICA” a inicio de este siglo XXI “nos encontramo­s con que los países en donde se pisotean con mayor violencia de derechos y se viven cotidianam­ente horrores físicos y morales cuentan con constituci­ones formalment­e impecables. Luego esta claro que la Constituci­ón, por sí misma, no garantiza nada y que de nada valen los valores en ella declarados.”

Las Constituci­ones no son mas que un texto lingüístic­o que promete maravillas de un Estado de Derecho que aseguran el imperio de la ley dice Nieto, muy lejano a un auténtico Estado de Derecho.

Las pomposas declaracio­nes emitidas en el marco del aniversari­o para conmemorar nuestro “Estado de Derecho” resulta ser una utopía.

Los discursos en alusión a nuestra Constituci­ón no es más que la retórica, tan lejana como el sol se encuentra de la tierra, tan ficticia que se siguen violando valores en ella declarados.

Nuestra Constituci­ón es el elemento capital del Derecho y no aquellas expresione­s emotivas por el día conmemorad­o.

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