Chat GPT: la nueva inteligencia artificial
Aunque parezca sacado de una película de ciencia ficción, actualmente existen inteligencias artificiales “generativas” que crean imágenes, videos o textos específicos que parecen haber sido hechos por especialistas en diversas áreas, pero no es así. Esto por supuesto ha generado un debate que pone énfasis no solo en los beneficios sino en los posibles riesgos, principalmente desde que Chat GPT fue lanzado en noviembre de 2022.
No hay duda de que la inteligencia artificial (IA) ha evolucionado de manera acelerada: hoy en día, la podemos encontrar en nuestros smartphones (por ejemplo, en el reconocimiento facial) o en el hogar (con los asistentes de voz como Siri o Alexa). Incluso en el INAI y el Sistema Nacional de Transparencia, a través del chatbot llamado Cavi, hemos adaptado la tecnología para poder brindar asesorías a través de esta herramienta en la Plataforma Nacional de Transparencia, ofreciendo a la sociedad más opciones para ejercer sus libertades informativas.
A nivel global, el mejor ejemplo del avance de la IA es el famoso Chat GPT, “un modelo de lenguaje que ha sido entrenado con una gran cantidad de datos de texto para poder realizar una amplia variedad de tareas relacionadas con el lenguaje natural”, y que funciona principalmente para: generar textos (historias, artículos o respuestas a preguntas); mejorar los sistemas de búsqueda de información pues comprende el contexto y la intención detrás de las consultas hechas; desarrollar chatbots que puedan mantener conversaciones más naturales y coherentes con las personas; y perfeccionar traducciones automáticas o detección de sentimientos. Esta tecnología ha sido desarrollada por Openai, organización de investigación en inteligencia artificial fundada en 2015 y ubicada en California, Estados Unidos.
Con Chat GPT podemos mantener conversaciones, haciéndole preguntas sobre distintos temas relativos a la ciencia, la cultura, la política o las noticias actuales, a lo cual contesta de manera casi inmediata de acuerdo con la información que fue alimentada, y también gracias al autoaprendizaje logrado hasta el momento. Crear ensayos, poesía o chistes que emulan el discurso humano ha sorprendido a la sociedad global; no por nada es ya la aplicación de consumo con mayor crecimiento en la historia. Chat GPT puede contribuir a hacer más eficientes procesos en el sector financiero, en el educativo, en el comercio electrónico, en el campo de análisis de datos e incluso en medios de comunicación, pero ¿hasta qué punto podemos confiar en ella?
A pesar de sus múltiples ventajas, existen riesgos evidentes, pues esta IA, dicho por sus mismos creadores, puede escribir respuestas que suenan plausibles pero que son incorrectas; puede responder a instrucciones o preguntas que suponen daños a otras personas; y puede exhibir sesgos informativos. Por ello, diversos expertos consideran que fomenta la desinformación en la web. Asimismo, existen riesgos en seguridad digital. De acuerdo con estudios realizados por firmas de ciberseguridad, Chat GPT ha sido sometido a diferentes pruebas de desarrollo y alcances, los cuales encontraron que esta inteligencia artificial "es capaz incluso de generar un correo electrónico con un archivo fraudulento que contenga un virus que te contamine o robe datos personales”.
Por si fuera poco, este servicio no es único; existen otros que pueden generar imágenes –sin el consentimiento de los titulares correspondientes– a través del análisis y escaneo de fotografías reales de usuarios. Este tipo de peligros ya son analizados en distintas legislaciones del mundo, sobre todo para regular estas tecnologías y, con ello, mantener cierta seguridad sobre la información y los datos personales. Al respecto, esto debe preverse en la Ley de Ciberseguridad que está discutiéndose en el Senado de la República durante el actual periodo ordinario de sesiones.
Si queremos acceder a estas tecnologías, cuidemos los datos personales que compartimos, ya que en muchas ocasiones no es expreso el tratamiento que otorgarán al respecto. Seamos precavidos, sobre todo cuando dichas herramientas están al alcance de jóvenes y menores de edad. Usemos la tecnología siempre a nuestro favor.