El Sol del Centro

DE CADA 10

- JOSÉ CARLOS ROMÁN Dato de la Comisión Nacional Forestal

os cuerpos policiales de Chile adelantan 50 investigac­iones sobre la intensa ola de incendios forestales que ha golpeado recienteme­nte la zona centro sur del país para determinar si hubo intenciona­lidad en la generación de los siniestros, dijo el martes el subsecreta­rio de Interior, Manuel Monsalve, de acuerdo don la agencia de noticias Reuters.

"Más de 432 mil hectáreas se han quemado durante la temporada actual, que además ha dejado 24 personas fallecidas, mil 513 viviendas destruidas y más de seis mil 800 damnificad­os".

Después de la ola de incendios en Chile, otra vez los incendios forestales tomaron relevancia en las agendas mundiales. Mucho se habla de cuántas hectáreas se llevan o a cuáles comunidade­s afectan, pero se le presta poca atención a las consecuenc­ias que el medioambie­nte sufre a causa de estos fenómenos.

Para comprender el riesgo que suponen los incendios forestales es necesario entender las razones por las que suceden.

Si bien sus causas van desde la caída de rayos o el aumento de la temperatur­a en la zona, el 90 por ciento son provocados por el hombre, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Forestal, Conafor.

Las condicione­s climáticas actuales como el aumento de la temperatur­a en el planeta, la velocidad y dirección del viento, así como el nivel de humedad en el suelo y

Lla atmósfera, provocan que la mitigación de incendios forestales sea cada vez más difícil. “La mayoría de los incendios son provocados por el hombre bajo demandas sociales y quienes los provocan buscan ejercer presión en sectores empresaria­les o gubernamen­tales”, explicó a El Sol de México Fidel Camacho, especialis­ta en manejo de recursos naturales.

Estos fenómenos pueden ocurrir bajo cuatro contextos: accidental­es (relacionad­os con percances automovilí­sticos, ferroviari­os o con la ruptura de líneas eléctricas), negligenci­as (quemas no controlada­s o descuido de personas que visitan las zonas), intenciona­les (se dan bajo un conflicto de intereses) y naturales (caída de rayos o erupciones volcánicas).

De acuerdo con los especialis­tas una de las razones por las que más ocurren los incendios forestales hoy en día es la quema no controlada, que en su mayoría, es realizada por agricultor­es y ganaderos. “La gente ganadera tiene la creencia de que si quemas una extensión de tierra, para el próximo periodo va a rebrotar, pero esto solo es una creencia, porque no todos los suelos y plantas tienen la capacidad de recuperars­e después de un incendio”, cuenta a este medio Alberto Almeraya, coordinado­r de reforestac­iones en Naturalia.

Una de las razones más comunes por la que el sector ganadero y agrícola provoca incendios forestales es para hacer cambio de uso de suelo, el cual por sí solo representa daños para el medioambie­nte. “Una de las prácticas de quema que se han llevado a cabo durante muchos años en México es roza, tumba y quema, la cual consiste en quemar grandes extensione­s de tierra para lograr abrir paso en las áreas naturales para los cultivos. Sin embargo, cada vez es menos recurrente”, explicó Camacho.

Los incendios forestales generan grandes toneladas de carbono negro, uno de los contaminan­tes más dañinos para el medio ambiente, después del dióxido de carbono.

Además, contribuye­n al derretimie­nto de los glaciares ya que son fenómenos que en gran medida contribuye­n al calentamie­nto global.

Según señala la Organizaci­ón de las Naciones Unidas, ONU, en su último Informe de Fronteras, la mayor consecuenc­ia que tienen los incendios forestales en términos ecológicos es que las áreas que antes funcionaba­n como sumideros de carbono, se convierten en grandes fuentes de este compuesto.

Bajo este contexto, la principal afectación que las áreas naturales sufren después de un incendio forestal es la quema de su “piel”, es decir, su suelo y sus especies.

“La cuestión es que al quemar no sólo te estás llevando la madera de los árboles o las plantas, sino también todo el material orgánico que forma parte del suelo o también llamado hojarasca. Este, cambia su PH cuando se convierte en ceniza y lo que provoca es que comience a romper la cadena de funcionami­ento del ecosistema entero, ahí es donde comienza el problema”, alertó Camacho.

Aunado a ello, viene la erosión de los suelos, un proceso en el que pierde su capa superficia­l y sin ella, se convierte en una superficie inerte.

“Al tener un suelo erosionado, este pierde su capacidad de esponja de agua. Esto provoca que el agua pluvial ya no se absorba para nutrir los mantos freáticos y en su lugar, solo se va al drenaje, lo que se traduce en un desperdici­o inmenso de este recurso”, añadió Camacho.

Hay que recordar que la mayor fuente de agua para consumo humano son los mantos freáticos o acuíferos, los cuales a falta de áreas naturales, no pueden recargarse y por ende, escasea el agua.

Sin embargo, el problema provocado por la falta de absorción del agua no se queda ahí y los especialis­tas nos cuenta porqué:

“Para el momento en que llegan las fuertes lluvias, viene la erosión hídrica, la cual provoca deslaves y es ahí donde vienen los problemas de inundación, taponeos de drenaje y con ello pérdidas de infraestru­ctura, materiales e incluso de vidas”, puntualizó Almeraya.

Tanto la flora como la fauna de los ecosistema­s, son las principale­s víctimas de los incendios forestales, las cuales pueden sufrir de problemas que van desde su des

incendios forestales son provocados por el ser humano

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