Cerrando brechas de discriminación
Hoy primero de marzo se conmemora el Día de la Cero Discriminación, el cual tiene como propósito fundamental resaltar el derecho humano a vivir en un entorno libre de violencia y en plena dignidad, además de fomentar la inclusión social y resaltar la igualdad que debe regir nuestras sociedades. En otras palabras, en un mundo de iguales no debemos darle espacio alguno a la discriminación.
Esta fecha se instauró formalmente en el calendario internacional el 1 de diciembre de 2013 como iniciativa de la ONU. En ese momento y hasta ahora, la Asamblea General de las Naciones Unidas piensa –y coincido plenamente–, que consentir diferencias en el mundo tan solo constituye un problema global que perjudica el acceso a los derechos humanos y, sobre todo, que significa un modo de violencia. Este año, el lema “Despenalizar salva vidas” pone como eje medular la discriminación que afecta a minorías sociales como son la comunidad LGBTTIQ+ y las personas que viven con VIH.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2022 hecha por el INEGI, a más de 3.7 millones de personas en México les han negado un empleo por identificarse a sí mismas como personas no heterosexuales1. Asimismo, es conocido que somos el país, después de Brasil, con más asesinatos por motivos de identidad de género.
En este sentido, el combate contra la discriminación es un tema que está presente en la agenda del INAI. De hecho, en agosto de 2022, en el marco del desabasto nacional de medicamentos, expuse en el Pleno del Instituto un recurso de revisión en contra del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA (Censida), a quien se le instruyó informar sobre los datos y la administración de medicamentos antirretrovirales que provee en todas sus unidades médicas2. Esto demuestra cómo el derecho de acceso a la información es un derecho instrumental que permite la garantía de otros derechos, como el derecho a la salud.
En el INAI hemos desarrollado programas específicos de inclusión y participación para cerrar las brechas, dando atención directa a grupos sociales vulnerables que sufren discriminación en nuestro país –las mayoría de las veces cometida por el propio Estado– y cuyos derechos de acceso a la información y protección de datos personales no se garantizan como lo marca la ley.
Un ejemplo de lo anterior es el Programa de Sensibilización de Derechos (PROSEDE), cuya finalidad es, mediante la alianza con diversas organizaciones de la sociedad civil, dar a conocer, promover y difundir los derechos que tutela el Instituto entre migrantes, indígenas, personas con discapacidad, estudiantes de zonas rurales, infancias, mujeres, personas privadas de su libertad, que trabajan en el campo, etc. Tan solo en su edición 2022, el PROSEDE llegó a múltiples comunidades de Oaxaca, Hidalgo, Ciudad de México, Guanajuato, Michoacán, Nuevo León, Estado de México, Tabasco y Chiapas.
De igual manera, en el INAI hemos fortalecido intensamente el Centro de Atención a la Sociedad (CAS), sumando a colaboradores que hablan lenguas originarias para mejorar la calidad de la atención así como el vínculo con este sector poblacional. Una de estas nuevas colaboradoras es Juan Alvarado Paredes, originaria de la sierra norte de Puebla y cuya lengua materna es el náhuatl; desde mayo de 2021, ella se ha capacitado en materia de transparencia, lo que incluye el conocimiento del marco legal vigente en el país, así como la operación y funcionamiento de la Plataforma Nacional de Transparencia para brindar una atención directa a la población.
Debemos continuar trabajando por la inclusión y la participación activa de todas y todos, abriéndonos a la solidaridad para alcanzar un México más justo y con plenas oportunidades. Es labor de todas las instituciones del Estado colaborar para que tengamos, paulatinamente, un país sin etiquetas ni violencias.
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