AL apuesta a la cautela en Kiev
BRASILIA. Un año después del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el presidente de ese país, Volodímir Zelenski, busca alianzas en todo el mundo para arrinconar más a Rusia en la esfera internacional, pero en Latinoamérica reina aún la cautela ante lo que podría implicar, a la larga, para su estabilidad.
El presidente ucraniano tiene bien atados los apoyos de Occidente, pero necesita ir más allá y en la región puede encontrar históricos “amigos” de Moscú que, aunque han condenado la invasión, no han pasado de las palabras a la acción. Y la tarea no es fácil.
Quizá el país más firme en su condena y en su disposición diplomática haya sido Chile. Su presidente, Gabriel Boric, condena con dureza la “agresión” de Rusia y trasladó personalmente a Zelenski “todo el apoyo de Chile en temas humanitarios”.
Al comienzo de la invasión, Argentina tenía buenas relaciones bilaterales con Rusia, pero con el avance del conflicto, el Gobierno de Alberto Fernández terminó condenando en diversos foros la invasión rusa a ese país y denunciando los enormes costos económicos que ha provocado, especialmente en Latinoamérica.
Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha condenado la invasión a Ucrania, pero al mismo tiempo ha chocado con el Gobierno de Zelenski por su rechazo al envío de armas a Kiev y a emitir sanciones contra Moscú.
Algunos países latinoamericanos tienen directamente negocios con Rusia, que se podrían ver afectados. Es el caso de Brasil, que ha mantenido buenas relaciones con Rusia a nivel diplomático y comercial tanto en la gestión de Jair Bolsonaro como con la de su actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva. A pesar de las diferencias ideológicas, ninguno de ellos se sumó a las sanciones a Moscú. Ayer, Lula conversó por videollamada con Zelenski, y le reiteró su propuesta de que Brasil participe en un eventual proceso multinacional de diálogo.