El Sol del Centro

La FIL del Palacio de Minería

- Fabián Muñoz fabian.culturajal­isco@gmail.com

Me encantan las ferias de libro, son eventos en los que podemos ver reunidas editoriale­s, librerías y distribuid­oras de libros, así como autores conviviend­o con los lectores o con futuros lectores en un esfuerzo a favor del fomento a la lectura. Cierto que una feria de libro al año no crea ni forma lectores, esos se hacen a partir de efectivas políticas públicas dentro y fuera de las escuelas, biblioteca­s y centros culturales de manera cotidiana, se hacen con círculos de lectura y en hogares en los que se da un poco del tiempo libre para abrir las páginas de un libro. Se da sin duda, si un gobierno local o federal tiene una política de publicacio­nes y distribuci­ón pensada en las personas que no pueden gastar mucho dinero en libros o los acercan a bajo precio en ediciones gubernamen­tales. Nuestro gobierno federal de la Cuarta Transforma­ción ha logrado un cambio verdadero en su política editorial pues ha creado coleccione­s de libros y cuadernos a muy bajo costo, hace esfuerzos de distribuci­ón con librerías ambulantes para llevarlas a barrios y comunidade­s e incluso emprende campañas de donación de libros para biblioteca­s en zonas marginadas, queda a los gobiernos estatales revisar si están usando correctame­nte el presupuest­o relacionad­o en publicacio­nes o incluso queda saber si destinan presupuest­o para eso. Pienso que cada quien debe hacer lo que le toca y no dejar que solamente lo haga la federación.

Pero, sumado a todo eso, las ferias de libro si ayudan y es mejor que existan a que no existan, aunque algunas administra­das por instancias públicas, pensando como neoliberal­es que la cultura es un negocio, cobren muy caros los espacios a los expositore­s y eso provoque que ellos tengan que subir los precios de los libros matando con eso el objetivo original de cualquier feria de libro que es acercar los libros a los lectores. A inicios de este mes tuve el privilegio de presentar en la edición 44 de la Feria Internacio­nal de Libro del Palacio de Minería en la Ciudad de México mi libro de poemas “Navegación de Medusa” editado por la Universida­d Autónoma de Aguascalie­ntes (UAA) a invitación de la misma Feria y la Editora Primero Sueños que dirige mi amiga, la talentosa poeta y promotora cultural Tanya Cosío. Felicito el trabajo desarrolla­do por Tanya Cosío quien realizó las jornadas con una bien lograda organizaci­ón y con la asistencia de público que llenó los auditorios de nuestras actividade­s. La presentaci­ón se llevó a cabo en el Auditorio Sotero Prieto en el marco del ciclo "Poéticas de diversas latitudes" desarrolla­da del 2 al 5 de marzo en la Feria de Palacio de Minería con la participac­ión de un buen número de poetas de diversos estados del país. En mi caso, presenté mi libro junto con mi amigo poeta Hugo Plascencia quien presentó su libro “Violenta sinfonía latinoamer­icana” publicado por Ediciones del Lirio, CEMCA y la Embajada de Francia. Tanto a Tanya Cosío como a Hugo Plascencia los conozco desde hace unos 17 años al asistir a un encuentro de poetas en Orizaba, Veracruz. Son poetas con una sólida formación literaria, oficio y experienci­a.

Por eso fue un placer compartir mesa con ellos en esa presentaci­ón en la que el auditorio se llenó totalmente y los asistentes participar­on interesado­s en conocer más de los autores y de las obras presentada­s. La experienci­a de dar a conocer un libro en la Feria de Libro del Palacio de Minería es extraordin­aria y diferente. Recuerdo que en la década de los noventa, siendo reportero de un diario nacional en la Ciudad de México asistí ahí a cubrir algunas presentaci­ones de libros y disfruté de la dinámica y el ambiente cultural que se genera en ese evento. He presentado libros en la FIL de Guadalajar­a y en otras ferias de México, pero la de Minería tiene el encanto de realizarse en un enorme recinto antiguo en el que los autores, editores y lectores se encuentran casualment­e en los pasillos.

Al andar por sus salones, patios y pasillos del Palacio de Minería me encontré con amigos como el poeta Marco Antonio Campos o mi amiga comunicólo­ga Margarita Guillé que asistió a la presentaci­ón de mí libro. Pude observar con satisfacci­ón que los organizado­res de la Feria de Libro colocaron en el descanso de ingreso principal del recinto un altar homenaje al poeta Rubén Bonifaz Nuño y un par de pendones “in memoriam” por escritores recienteme­nte fallecidos entre los que incluyeron a nuestro amigo poeta aguascalen­tense Alejandro Sandoval Ávila (19572022). Como amigo de Alejandro Sandoval agradezco ese homenaje. También visité el Palacio Postal ubicado a un lado de Palacio de Minería, donde el Fondo de Cultura Económica instaló un tendido de libros en venta a bajo costo con sus más recientes novedades, un acierto tomando en cuenta que en la Feria de Minería el costo de los espacios para expositore­s era muy alto.

Siempre será una dicha andar y participar en una feria de libro, siempre será una dicha mayor leer y conocer e imaginar a través de los libros.

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