Terrorismo, enemigo del turismo
Barcelona, París, Londres, Nueva York: en casi todos los lugares del mundo los turistas pueden ser víctimas de atentados terroristas. Sin embargo, también catástrofes naturales como el tsunami en Indonesia o los incendios forestales en Grecia amenazan a los paraísos turísticos.
¿Cómo pueden las autoridades actuar ante tales incidentes para que los turistas no dejen de llegar y no se vea en peligro todo un sector de la economía? Representantes de todo el mundo, entre ellos expertos en turismo y en seguridad, de la ONU y científicos, se reunieron el pasado mes de octubre en una conferencia internacional en Jerusalén para diseñar una estrategia eficaz a tal efecto.
Hoy, todas las ciudades populares en el mundo están amenazadas por el terrorismo. Para ellas, la conferencia internacional diseñó una “caja de herramientas” para hacer frente a situaciones extremas.
También se firmó un acuerdo internacional entre ciudades y organizaciones turísticas “para que en tiempos de crisis pueda haber cooperación e intercambios”. Se trata de la primera reunión de este tipo. La idea es celebrarla en adelante cada año en Jerusalén.
Los principales temas de discusión en la conferencia fueron la comunicación con los medios y el rescate de la imagen de los destinos afectados.
La gestión de una crisis después de un atentado terrorista puede dañar aún más la confianza en un país, como ha demostrado Egipto en los últimos años. Después del ataque con bomba contra un avión ruso lleno de turistas en 2015, las autoridades guardaron un silencio casi total, a pesar de que servicios secretos extranjeros tenían indicios de la presencia de un artefacto explosivo a bordo de la nave, al tiempo que una filial de la milicia terrorista Estado Islámico se había adjudicado el hecho.
Como respuesta, Rusia suspendió todos los vuelos a Egipto, mientras que otros países cancelaron los vuelos al balneario de Sharm el Sheij, desde donde había despegado el avión ruso. A pesar de que el colapso del turismo, muy importante en este país, estaba servido, el Gobierno evitó pronunciarse en términos claros y recurrió a un remedio supuestamente eficaz: retrasar la investigación.
Una y otra vez, representantes del Gobierno egipcio subrayaron que querían esperar a que se conocieran los resultados de la investigación, pero hasta el día de hoy no hay un informe final. Solo cuatro meses después del atentado, el presidente de Egipto, Abdel Fattah al Sisi, habló por primera vez de un acto de terrorismo. En aquel momento, el turismo en el país ya se había desmoronado.
Actualmente, los turistas han regresado al país norteafricano. Sin embargo, el sector aún está lejos de recuperar las cifras del año 2010, antes de que comenzaran las turbulencias derivadas de los levantamientos de la llamada Primavera árabe. Aunque los expertos certifican la buena situación de seguridad en Egipto, el país sufre las consecuencias de un problema de credibilidad. DPA