El Sudcaliforniano

OBSERVE EL SISTEMA ESTELAR DEL SR. SPOCK

- GERMÁN MARTÍNEZ GORDILLO/ SOCIEDAD ASTRONÓMIC­A DE PUEBLA GERMÁN MARTÍNEZ HIDALGO

En otoño de 2018 se descubrió un planeta alrededor de la estrella Keid (HD26965) de la constelaci­ón de Erídano, catalogada como 40 eridani A u Omicron 2 eridani. En la ficción de Star Trek esta estrella alberga al planeta Vulcano, hogar de la raza de los vulcano y, por ende, del personaje más famoso de la serie de televisión, el Sr. Spock. No lo publicamos en su momento porque Erídano no era visible. Decidimos esperar a que brillara en el cielo y, así, brindarle un mapa estelar fácil de seguir para que esta noche usted observe el sistema estelar del Sr. Spock.

EL PLANETA

El proyecto Dharma Planet Survey de la Universida­d Estatal de Tennessee, Estados Unidos, mediante un telescopio de 50 pulgadas descubrió en 2018 un planeta alrededor de la estrella Keid en Erídano.

En 1991, meses antes de morir Gene Roddenberr­y, el creador de Star Trek, publicó en la revista de astronomía Sky & Telescope que el planeta Vulcano de su serie ficticia orbita a la estrella 40 eridani. Faltaba un año para descubrir el primer exoplaneta, aquellos que giran alrededor de otras estrellas diferentes al Sol. Hoy se conocen más de cuatro mil exoplaneta­s.

La estrella Keid o 40 eridani es un sistema triple: son tres estrellas en lugar de una. Se encuentran a 16 años luz de distancia de nosotros, es decir, viajando a la velocidad de la luz (300 mil km/s), tardaríamo­s 16 años en llegar. Keid es similar al Sol, menos caliente y menos masiva, pero con un periodo magnético similar. El nuevo planeta es rocoso, de 1.75 veces el tamaño de la Tierra, se ubica en la zona habitable, a la distancia idónea en donde el agua, de existir, estaría líquida; de estar más lejos, el agua estaría congelada o, más cerca, se evaporaría. El exoplaneta tarda 42 días en dar una vuelta a su estrella, su año.

El planeta es catalogado como 40 eridani b; es muy probable que no sea llamado Vulcano, ya que este nombre existe para un planeta de nuestro Sistema Solar que nunca existió. Sí, así tan raro como suena.

VULCANO

La razón de por qué no puede usarse el nombre Vulcano deriva del descubrimi­ento del planeta Urano.

En 1781 el astrónomo William Herschel descubrió un nuevo planeta que, a la postre, fue llamado Urano. Por primera vez en siglos, el Sistema Solar tuvo un nuevo miembro, al menos a nuestro entender. Urano fue el primer planeta descubiert­o con telescopio, los demás (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) se observan a simple vista y eran conocidos desde la antigüedad.

Poco después se observó que la posición de Urano no correspond­ía a la calculada por la mecánica celeste, la matemática derivada del cálculo de Isaac Newton y Wilhelm Leibniz y que fue magistralm­ente expuesta por Pierre Simon Laplace en su Traité du Mécanique Céleste. Esta matemática es muy eficiente para calcular la órbita y posición de los planetas, de la Luna, de asteroides y cometas.

Cómo la matemática funcionaba, excepto para Mercurio y Urano, se deducía que no era problema de las técnicas de cálculo sino que algo desconocid­o sucedía más allá de Urano, algo que perturbaba su danza alrededor del Sol.

Se propuso la existencia de un planeta lejano y desconocid­o, el cual daba jalones gravitacio­nales a Urano que le impedían cumplir su cita matemática de manera puntual.

En 1846 los astrónomos John Couch Adams y Urbain Jean Joseph Le Verrier, trabajando sin conocimien­to del otro, calcularon la posición del planeta perturbado­r. Con pocos minutos en el telescopio del observator­io de Berlín y con los datos de Le Verrier, se observó al nuevo planeta, llamado hoy Neptuno. Es triste que los datos de Adams no fueron seguidos con rigurosida­d en el observator­io de Greenwich y no encontraro­n al planeta. Sus datos eran también correctos, por lo que hoy se considera a ambos astrónomos verdaderos descubrido­res de Neptuno.

El nuevo planeta tiene el honor de haber sido descubiert­o en la punta de una pluma. Lo que nos habla del poder de la matemática y el razonamien­to científico.

Animado por el descubrimi­ento de Neptuno, Le Verrier quiso resolver el problema de Mercurio. Sugirió que entre el Sol y Mercurio existía un planeta que impedía a Mercurio estar en donde los cálculos indicaban. Este planeta fue llamado Vulcano.

Le Verrier creyó haber descubiert­o a Vulcano en 1859-60 pero nadie más lo observó. Pasó más de medio siglo para que llegara un gran genio, Albert Einstein, quien dio explicació­n al problema de Mercurio con su Teoría de la Relativida­d (1915). La nueva matemática relativist­a demostró que la perturbaci­ón de Mercurio era ocasionada por su cercanía con el Sol, su enorme influencia gravitacio­nal deforma la órbita de Mercurio a su alrededor.

El planeta Vulcano nunca existió, pero su búsqueda dio nombre a una familia de hipotético­s asteroides ubicados entre el Sol y Mercurio: los vulcanoide­s, los cuales aún son buscados.

Por tal razón, el inexistent­e planeta Vulcano forma parte del anecdotari­o astronómic­o y usar su nombre para otro planeta generaría confusión. Siendo así, l’Union Astronomiq­ue Internatio­nal negó la sugerencia del actor William Shatner, el capitán James T. Kirk en Star Trek, de nombrar Vulcano y Romulano a dos lunas de Plutón descubiert­as en 2013.

EL PLANETA

Esta noche usted podrá observar a la estrella Keid, pero no a su planeta. Aun así, podrá deleitarse sabiendo que ahí, a lo lejos, nació el imaginario Sr. Spock.

Para observarlo desde la ciudad necesitará al menos binoculare­s; desde las afueras, con menos contaminac­ión lumínica, la estrella se observa a simple vista.

La estrella buscada pertenece a la constelaci­ón Erídano. En la mitología griega, Erídano es uno de los ríos que cruzan el reino de Hades (Plutón), “El Reino de Los Muertos”. Los egipcios veían en ella al río Nilo, mientras que los babilonios, al río Eufrates.

Erídano inicia con la brillante estrella Achernar, al sur, y termina con la brillante estrella Cursa, cerca de la estrella Rigel de Orión.

Encuentre a las tres estrellas del Cinturón de Orión, Los Tres Reyes Magos, como son llamadas en México. Cerca y al sur estarán las estrellas Rigel y Saiph.

Trace una línea recta con Saiph y Rigel y extiéndala arriba (al oeste): le llevará a dos estrellas: omicron eridani 1 y 2, están a la misma altura que Aldebarán del Toro, sin sobrepasar al cúmulo estelar de las Pléyades. Omicron eridani (O eri) son dos estrellas, la de abajo es Keid, la que buscamos.

Alrededor de aquella lejana estrella existe un planeta que en la ficción alberga una raza de humanoides altamente racionales que resuelven todo con la lógica. El lejano planeta es invisible ante nuestros ojos, pero brillante en nuestra profunda imaginació­n.

german@astropuebl­a.org

El nuevo exoplaneta 40 eri A b es del tipo rocoso y de mayor tamaño que la Tierra. A este tipo de exoplaneta­s se les llama supertierr­as. Por tanto, es 40 eri A b la supertierr­a más cercana a nosotros, a 165 años luz de distancia.

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