Ecuador decreta toque de queda por protestas
Indígenas protagonizan invasión a la Asamblea en el punto más crítico de las manifestaciones que han tomado el control de la capital
Indígenas protagonizan invasión a la Asamblea en el punto más crítico de las manifestaciones que han tomado el control de la capital; preparan marcha nacional
QUITO. El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, ordenó restringir el tránsito nocturno alrededor de las sedes públicas, ante las protestas sociales desatadas por el alza de los precios de combustibles, que acechan al Congreso y a la casa de gobierno ecuatoriano.
La libertad de tránsito y movilidad quedó restringida entre las 20:00 y 05:00 locales para las "áreas aledañas a edificaciones e instalaciones estratégicas tales como edificios donde funcionan las sedes" del Estado, señala un decreto firmado por el mandatario.
Las manifestaciones, que rechazan el fin de los subsidiosa los combustibles, también tocaron la fibra económica del país. La producción diaria de petróleo de 531 mil barriles por día se redujo en 31% por la ocupación de pozos en la Amazonía denunciada la víspera por las autoridades.
En el marco de un estado de excepción, ordenado el pasado jueves ante las manifestaciones en contra de la eliminación de subsidios y el consecuente aumento de precios de combustibles en hasta 123%, Moreno dispuso la restricción de tránsito en esos puntos para "mantener el orden público interno".
Policías y militares desalojaron a manifestantes que llegaron a asaltar por un breve lapso la sede del Congreso en Quito.
La producción petrolera de Ecuador cayó 31% tras el estallido de protestas que paralizaron varios pozos de la Amazonía, indicaron autoridades locales
Un centenar de indígenas y campesinos, entre ellos mujeres, logró romper los cercos de seguridad en medio de disturbios en los exteriores y alcanzó el hemiciclo, del que fueron evacuados minutos después por la fuerza pública.
Previamente, un grupo de asaltantes irrumpió en la madrugada en la sede de la Contraloría General, en Quito, donde provocaron destrozos, tras lo cual la Fiscalía y el Consejo de la Judicatura anunciaron que suspendían sus actividades
Las protestas, que iniciaron la semana pasada, incluirán una gran movilización este día en Quito, para la que se movilizaron miles de indígenas que marcharán junto a sindicatos y estudiantes.
Moreno, quien el lunes trasladó la sede de gobierno de Quito al puerto de Guayaquil, declaró el estado de excepción por 60 días para que las Fuerzas Armadas asuman el papel de restablecer el orden. El toque de queda regirá mientras dure el estado de excepción.
OTRA VEZ MADURO
Siete países latinoamericanos rechazaron cualquier intento del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de desestabilizar las democracias en la región y respaldaron al presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, en nombre del grupo.
En un comunicado, la cancillería de Perú dijo que con Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala y Paraguay, expresan su "firme respaldo a las acciones emprendidas por el presidente Lenín Moreno". Un día antes, Moreno responsabilizó al régimen de Maduro y a su antecesor, el expresidente Rafael Correa, de querer desestabilizar su gobierno.
En respuesta, el mandatario venezolano contestó en tono de burla a las acusaciones del presidente ecuatoriano y le sugirió revertir las medidas económicas que han estimulado las manifestaciones.
"Ayer salió el presidente Lenín Moreno a decir que lo que está pasando allá es culpa mía, que yo y que muevo mis bigotes y tumbo Gobiernos... Yo no soy Superman, yo soy superbigote", bromeó.
Mientras que el expresidente Correa negó estar orquestando un golpe de Estado desde su exilio autoimpuesto en Bélgica, tras ser acusado de promover las peores protestas en años en el país.
"Son tan mentirosos que se contradicen ellos mismos. Dicen que soy tan poderoso que desde Bruselas con un iPhone podría dirigir manifestaciones (...) están mintiendo", dijo Correa en una entrevista mostrando su teléfono celular.
El gobierno de Ecuador buscó la mediación extranjera, a través de Naciones Unidas o la Iglesia Católica, después de casi una semana de protestas. "La gente no aguantó más, eso es la realidad. Ellos mismos crearon la crisis", sentenció Correa.