Chilangos, hartos de los bloqueos
CDMX. Entre mentadas de madre y a punto de los golpes, manifestantes y ciudadanos han protagonizado una escena que se repite casi a diario debido a las protestas y bloqueos en la Ciudad de México.
Ayer por la mañana, trabajadores dedicados al reciclaje se manifestaron a las afueras del Palacio Nacional y al no verse escuchados, marcharon rumbo al Senado de la República. Ya en Insurgentes y Paseo de la Reforma, decidieron bloquear por más de tres horas.
Sin embargo, poco duró el libre tránsito vehicular en el punto, uno de los más importantes de la capital, porque en minutos cerraron los extrabajadores de la Ruta 100 reclamando los fondos de un Fideicomiso.
También en Insurgentes, pero al sur, empleados de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores cerraron el tránsito, fue tal el enojo de los usuarios del Metrobús que los ánimos se encendieron, los encararon y estuvieron a punto de los golpes. "¿Yo qué culpa tengo de que no les hagan caso?", se escuchó entre los reclamos de quienes bajaban por la puerta principal del autobus.
El de ayer fue un panorama que también se vivió el lunes con los taxistas o hace unas semanas, en dos ocasiones, en el bloqueo del aeropuerto.
Los manifestantes se cuentan por cientos, pero los afectados son miles. Como Don Guillermo, que con bastón en mano, sorteó el bloqueo del paso del Metrobús o Mariel, quien padeció la marcha que hicieron el lunes los taxistas pues tuvo que caminar más de un kilómetro para llegar a su centro de trabajo, o Soledad, que se negó a viajar de Ecatepec hacia su centro de trabajo para no sufrir "un día más" en el tráfico.