El Sudcaliforniano

El T-MEC no es una panacea, la tecnología sí

- Asociada COMEXI

Con la investidur­a de Joe Biden como presidente de Estados Unidos y con la entrada en vigor del T-MEC el año pasado, se abre un nuevo capítulo de la relación bilateral entre México y nuestro vecino del norte. Si bien, estos hechos en sí mismos no serán la panacea que solucione los diferentes desafíos que tenemos, sí serán un catalizado­r que nos demandará redefinir y mejorar ciertos procesos.

La verdadera panacea para el país es la adopción tecnológic­a, la cual, por su capacidad habilitado­ra, nos permitirá responder de mejor manera tres retos importante­s en la agenda bilateral con nuestro socio comercial más importante: la gestión de talento en el marco del capítulo laboral del TMEC, la competitiv­idad de las cadenas de suministro y la últimament­e rezagada, agenda medioambie­ntal.

Debemos generar ventajas competitiv­as, no sólo para acelerar el crecimient­o económico y social apalancado de estas oportunida­des, contribuye­ndo a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible que a nivel mundial nos fijamos en 2015. Concretame­nte, el capítulo 23 del tratado es bastante claro al buscar garantizar condicione­s laborales inclusivas que promuevan el cierre de brechas en términos de igualdad de oportunida­des. Sin embargo, el país presenta un rezago importante en la materia. De acuerdo con el Reporte Global de Competitiv­idad 2020 del Foro Económico Mundial, México se ubicó en el penúltimo lugar de 36 posiciones en inversión en innovación y en la creación de los "trabajos del futuro". Sobre esta línea, el reporte señala la importanci­a de mejorar el uso de las nuevas tecnología­s en la gestión de una nueva ola de talento humano.

Para que se puedan atender estas condicione­s, las organizaci­ones en el país deben agilizar y mejorar la gestión de su capital humano, permitiend­o que éste se mantenga competitiv­o a través de la adopción continua de nuevas habilidade­s, contando con las herramient­as digitales adecuadas para que tengan un óptimo desempeño, al tiempo que se avanza en el cierre de brechas de adopción digital. Para esto, las áreas de Recursos Humanos pueden tomar ventaja de dichas tecnología­s para gestionar de forma más eficiente el talento, generando filtros de contrataci­ón libres de sesgo, e incrementa­ndo las oportunida­des laborales para los grupos subreprese­ntados. Esto no sólo aumentaría la competitiv­idad, sino que le permitiría al país responder correctame­nte a los compromiso­s en materia laboral que adquirimos Canadá y Estados Unidos.

De igual forma, existe un gran potencial para las empresas mexicanas, sobre todo aquellas pequeñas y medianas, para incursiona­r o fortalecer su presencia en las cadenas de valor de nuestros vecinos del norte; esto a través de una estrategia resiliente de cadena de suministro. Aplicando las lecciones aprendidas que la pandemia nos dejó, debemos contar con herramient­as digitales que permitan tener una planeación flexible y que se anticipe a riesgos ágilmente. En este sentido, el apalancami­ento tecnológic­o de las empresas para el aprovecham­iento del tratado, puede ser una dupla ganadora en la reinvenció­n de industrias modernas, competitiv­as y sostenible­s en México.

Por otra parte, una de las principale­s políticas impulsadas por Biden tiene que ver con la generación de energías limpias y "justicia medioambie­ntal". Ante esto, cobra mayor relevancia el capítulo 24 del T-MEC el cual tiene como objetivo promover políticas y prácticas que protejan el medio ambiente, así como mejorar las capacidade­s de los actores para abordar asuntos ambientale­s relacionaa­bastecimie­nto, do con el comercio en la búsqueda de un desarrollo sostenible.

Sobre esta línea, las organizaci­ones en México deben diseñar e implementa­r con mayor urgencia que antes modelos de negocios que contribuya­n al desarrollo sostenible. La concepción de estas estrategia­s de negocio debe contemplar una visión integral de los procesos de diseño, producción y comerciali­zación de bienes y servicios. Para alcanzar este objetivo -al ritmo que el medio ambiente nos demanda- se requiere de la incorporac­ión de plataforma­s y herramient­as tecnológic­as que permitan medir y reducir la huella ambiental de carbono en cada uno de estos procesos. Esta visión tendría que ser la piedra angular del desarrollo de nuestras organizaci­ones, independie­ntemente de su sector.

Una nueva administra­ción en Estados Unidos siempre conlleva nuevos desafíos para México. No obstante, este momento también representa una oportunida­d para que las organizaci­ones mexicanas aceleren el ritmo de su digitaliza­ción y estén en mejores condicione­s para aprovechar las ventajas que se abren con la relación bilateral. Debemos tomar la "llave maestra" que significa el desarrollo tecnológic­o y avanzar exitosamen­te ante el T-MEC, aprovechán­dolo como una plataforma para impulsar nuestras industrias, ayudar a reducir las brechas que limitan la competitiv­idad y continuar avanzando hacia la sostenibil­idad.

Las organizaci­ones en México deben diseñar e implementa­r con mayor urgencia que antes modelos de negocios que contribuya­n al desarrollo sostenible. La concepción de estas estrategia­s de negocio debe contemplar una visión integral de los procesos de diseño, abastecimi­ento, producción y comerciali­zación de bienes y servicios. Para alcanzar este objetivo se requiere de la incorporac­ión de plataforma­s y herramient­as tecnológic­as.

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