Cumple Lienzo Charro 43 años de tradición
El espectáculo ecuestre permite conocer la vestimenta de antaño, ya que se portan trajes típicos
La charrería es una tradición muy arraigada en la sociedad, la cual destaca por el desarrollo de diversas suertes a caballo en la que los varones demuestran su habilidad y las mujeres, lucen vistosos y coloridos atuendos.
En esta disciplina destacan los integrantes del Lienzo Charro Guadalupano, el cual tiene su sede en la colonia El Calandrio de ciudad de La Paz, con el objetivo de mantener viva esta tradición y mostrarla a través de espectáculos públicos de carácter cultural o deportivo.
Este espectáculo ecuestre permite también conocer la vestimenta de antaño, ya que quienes lo practican portan los trajes típicos que se utilizaban tiempo atrás y con ellos, realizan suertes en donde es indispensable la destreza, además del entrenamiento y la capacidad de los ejemplares equinos, quienes son también protagonistas de la fiesta charra.
Los integrantes
PROYECCIÓN
El Lienzo Charro de la ciudad de La Paz tiene 43 años de impulsar esta actividad que es considerada como un deporte espectáculo y en sus inicios, comenzó con un grupo de personas que además de habitar en la zona rural, decidieron solicitar el apoyo del entonces gobernador, Ángel César Mendoza Arámburo, para poder integrarse y así organizarse con la finalidad de que se le diera
del Lienzo Charro Guadalupano tienen su sede en la colonia El Calandrio, con el objetivo de mantener viva esta tradición y mostrarla a través de espectáculos públicos de carácter cultural o deportivo una mayor proyección.
Paralelamente organizaron actividades que les permitiera obtener ingresos para las diversas actividades que habrían de emprender y para ello se dedicaron a la venta de alimentos, bebidas, ropa y otros artículos, con la idea de que la charrería debía tener un mayor reconocimiento entre la población.
La charrería por tradición alcanzó su máximo esplendor y auge en los poblados mexicanos donde este deporte era un fomento a la cultura de estas comunidades mexicanas que dedicaban sus vidas a la cría, pastoreo de ganado montando a caballo con gran elegancia. Dentro de sus orígenes esta convivencia de los ganaderos facilitaba las prácticas ganaderas en nuestro país, transmitiendo estas enseñanzas y técnicas de una generación a otra siendo un legado de las familias mexicanas por tradición.