La larga lucha por la Democracia en Baja California Sur. 1924-2024 (I)
El 2024 es tiempo propicio para una amplia reflexión acerca de lo que hemos sido, lo que somos y lo que queremos ser como sociedad en Baja California Sur.
En esta primera de tres entregas abordo lo relativo al largo camino de medio siglo que recorrieron otras generaciones de mujeres y hombres de esta tierra para arribar al autogobierno, que en el año que corre cumple medio siglo de haberse concretado.
En los cien años transcurridos desde 1924 a la fecha, se destaca en distintas épocas el recio carácter y la decisión del pueblo sudcaliforniano que ha sabido levantar la voz y movilizarse para generar cambios sociales y políticos en defensa de sus derechos ciudadanos y en contra de decisiones centralistas y de abusos de poder a nivel local.
¿Por qué es 1924 donde inició este tránsito de un siglo? La respuesta es sencilla. En septiembre de 1924, Agustín Arriola Martínez (1887-1971) dejaba el gobierno territorial al que había llegado en agosto de 1920 bajo la figura del plebiscito, en un ejercicio democrático que nunca más se volvería a repetir en la vida política del Territorio Sur de la Baja California.
El plebiscito impulsado en la ahora Baja California Sur por el entonces presidente Adolfo de la Huerta se dio en una etapa del país en la que los cuartelazos eran el pan de cada día, y en gran parte del territorio nacional todavía se olía la pólvora y se escuchaban los estruendos de los cañones revolucionarios.
Al dejar el gobierno Arriola Martínez inicia en 1924 una larga lista de gobernadores militares, la mayoría originarios de otras partes del país, muchos de ellos participantes y triunfadores en el movimiento revolucionario, ajenos totalmente a la idiosincrasia de los sudcalifornianos y marginando de la toma de decisiones públicas a la población local.
Aquí la excepción son los generales sudcalifornianos Agustín Olachea Avilés y Juan Domínguez Cota, quienes en conjunto gobernaron el Territorio por espacio de 18 años.
Así, a partir de 1924 empieza una etapa oscura para la vida pública y la participación política de los sudcalifornianos, la cual se oscurece mucho más cuando el 1 de enero de 1929, una decisión centralista canceló un siglo de vida municipal en la media península, instaurando el régimen de delegados de gobierno, nombrados por el gobernador.
La desaparición de la vida municipal se explica en el marco de la pugna política en la sucesión presidencial de 1928 entre Álvaro Obregón (1880-1928) y Francisco R. Serrano (1889-1927) que motivó la desaparición de los municipios en el Distrito Federal y Territorios Federales.
Obregón temía que, al ser presidente de México, los alcaldes de la capital del país, fieles a Serrano, no le fueran leales, y por ello reforma la Constitución General de la República desapareciendo los municipios en el Distrito y Territorios Federales.
Como podemos ver, la participación política y la vida democrática de los sudcalifornianos a partir de 1924 y por espacio de 50 años fue prácticamente testimonial, y únicamente se reducía a votar cada trienio por el único Diputado Federal que representaba al Territorio y por presidente de la República cada seis años, pero lo más grave, era que los sudcalifornianos fueron actores de reparto en la puesta en escena del ejercicio del poder político en el Territorio.
Pero la sociedad sudcaliforniana de aquellos años no fue pasiva. Su propia evolución, su rebeldía y la defensa de los intereses locales le permitió ir generando movimientos sociales, denominados en su momento cívico-políticos, que en el marco de la evolución sudcaliforniana se convirtieron con el correr del tiempo en los movimientos precursores del cambio político y social que llevaría a partir de octubre de 1974 a la conversión de Territorio Federal a Estado Libre y Soberano, la que en este 2024 cumple 50 años, periodo en el que como sociedad hemos vivido importantes procesos sociales y políticos que han ido forjando la moderna Baja California Sur.
En la siguiente entrega abordaré lo relacionado con las dos etapas del Frente de Unificación Sudcaliforniano (FUS) en sus dos etapas, el Movimiento Loreto 70, la reinstalación de los municipios en 1971 y lo relacionado con la propia conversión con la publicación del Decreto de creación del Estado el 8 de octubre de 1974 en el Diario Oficial de la Federación.