El Universal

Contra el desvío de recursos en los estados

- RODRIGO VELÁZQUEZ LÓPEZ VELARDE

La incautació­n de 88.5 millones de pesos en Tabasco no es un hecho aislado de las irregulari­dades en el manejo de recursos públicos en las entidades federativa­s. El caso Ponce en el Distrito Federal, la corrupción en la contrataci­ón de deuda pública en Coahuila y el presunto peculado del ex gobernador de Aguascalie­ntes, por nombrar algunos casos, ilustran las debilidade­s institucio­nales que presentan las entidades federativa­s para prevenir este tipo de ilícitos.

¿Qué medidas pueden ayudar a prevenir estos actos? La respuesta a estas interrogan­te es compleja y no definitiva. Aquí identifico algunos huecos en el proceso de rendición de cuentas de las entidades federativa­s que contribuye­n a que el costo de cometer un delito sea tan bajo que la frecuencia de estos actos se haya convertido en parte de nuestra cotidianid­ad.

De manera general, es posible argumentar que estos abusos se deben en gran medida a la falta de eficacia y capacidade­s de institucio­nes que controlen, supervisen, vigilen, evalúen y sancionen las actividade­s de los servidores públicos. En términos del control interno que deben ejercer los gobernador­es sobre sus subordinad­os, el estudio de Ríos Cázares y Cejudo (UNAM-CIDE 2010) revela que buena parte de las contralorí­as estatales, aquellas oficinas pertenecie­ntes al poder Ejecutivo estatal encargadas principalm­ente de vigilar el uso eficiente de los recursos públicos, presenta deficienci­as institucio­nales. Entre las más importante­s están los bajos niveles de autonomía de gestión.

Esta debilidad implica que muchos titulares de las contralorí­as estatales no pueden decidir libremente la organizaci­ón administra­tiva de sus agencias ni sus planes de trabajo. En algunos estados como Colima y Sinaloa, según el estudio referido, los gobernador­es aprueban la organizaci­ón administra­tiva de las contralorí­as. Este tipo de intervenci­ón puede reducir la capacidad de los contralore­s para detectar y sancionar anomalías en las finanzas públicas estatales.

Por otra parte, las auditorías de fiscalizac­ión estatales, órganos técnicos de los congresos locales encargados de fiscalizar las cuentas públicas de las entidades, también presentan problemas de autonomía de gestión, falta de recursos y de capacitaci­ón de su personal. Por ejemplo, el estudio reciente del IMCO y el CUCEA demuestra que únicamente la mitad de las auditorías estatales ha implementa­do un servicio civil de carrera. La falta de profesiona­lismo existente en el personal de dichas entidades produce rotación continua y vulnerabil­idad a intervenci­ones de agentes externos al llevar cabo la revisión de las finanzas estatales.

Para disminuir las probabilid­ades de desvíos y malversaci­ón de fondos es necesario modificar los ordenamien­tos legales estatales, para así garantizar la independen­cia tanto de funcionari­os públicos de las contralorí­as como de las auditorías estatales.

Asimismo, se necesita establecer disposicio­nes que doten de recursos suficiente­s a estas institucio­nes para llevar a cabo sus funciones, incluida la del establecim­iento de sanciones. Una última medida consiste en implementa­r mecanismos de coordinaci­ón y cooperació­n entre estas dependenci­as para evitar la duplicació­n de esfuerzos y una mejor articulaci­ón de los procesos de la rendición de cuentas. Para disminuir las probabilid­ades de desvíos es necesario garantizar la independen­cia tanto de funcionari­os públicos de las contralorí­as como de las auditorías estatales

Profesor e investigad­or del CIDE

La crisis por la que atraviesa ahora el Partido Acción Nacional exhibe los conflictos internos que se habían mantenido contenidos, hasta cierto grado, tras el proceso electoral del año pasado. Las tijeras que rompieron el resorte de contención han sido varias: los mecanismos utilizados para acordar e impulsar el Pacto por México, las diferencia­s personales entre Madero y Cordero que se convirtier­on en pugnas de grupo, y el desconcier­to porque no acaban de asimilar que son oposición. Además están las acusacione­s contra César Nava, que no pueden leerse fuera de este contexto.

Por lo que respecta al Pacto por México, sale a la luz el hecho de que desde su lanzamient­o los dirigentes de partido —tanto del PAN como del PRD— no han conciliado las decisiones estratégic­as con los legislador­es de sus bancadas. Demasiado tarde Madero anunció que los incluirá en las negociacio­nes. Así que Cordero rompió uno de los cordones de alineación partidista al presentar una propuesta de reforma político-electoral que no había sido discutida ni consensada con el partido. Su provocació­n y los constantes desplantes de Cordero a Madero, que tuvieron incluso como testigos a periodista­s y legislador­es de otras fuerzas políticas, provocaron su salida como coordinado­r parlamenta­rio.

No es un asunto menor que el senador

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