Falta educación vial para los peatones
“No hay carros, ¿por qué no cruzan?”, interrogó, parado en el centro de la calle Balderas, un señor de unos 50 años, a su esposa e hijos que no atravesaron y prefirieron esperar el paso del semáforo.
El crucero de avenida Juárez y la calle Balderas es uno de los más peligrosos que existen en el Distrito Federal. Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública local y del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), Cuauhtémoc y Coyoacán son las dos delegaciones con más cruceros peatonales inseguros. A partir de la observación realizada por EL UNIVERSAL, en una hora se contaron 975 peatones que atravesaron la calle Balderas sin que el semáforo les diera el paso, además, los transeúntes caminaron entre vehículos y detuvieron el tránsito.
El policía Pedro “N” afirmó que “la gente es irresponsable y no toma precauciones porque tiene prisa”.
En dicho cruce está permitido que los vehículos den vuelta a la derecha, lo cual, según peatones y policías de tránsito, origina el conflicto.
Ulises Lamadrid Landín, policía de tránsito desde el 24 de enero de este año, comentó que dar vuelta a la derecha “genera desconfianza al paso ciclista y peatonal”.
Agregó que la preferencia es para el peatón, aunque “la mayoría de la
Aunque la preferencia es para el peatón, la mayoría de la gente es inconsciente, y los que van a pie “torean” a la unidad gente es inconsciente, le juego al mexicano y se pasan”, comentó.
“Todo crucero es peligroso si no se tienen las precauciones necesarias”, opinó Benjamín Zedillo, de 60 años. “Nos falta educación vial y me incluyo, pues como peatones vemos que hay puentes y no los utilizamos por flojera o por ahorrarnos tiempo”.
Alejandro Fuentes, quien tiene 37 años de edad y uno como taxista, aseguró que el crucero de Juárez y Balderas es conflictivo porque “los peatones no respetan los señalamientos y se cruzan en cualquier momento, lo cual puede causar un accidente y si al peatón le pasa algo el culpable será el conductor”.
“El Metrobús es el problema”
Para Jimena López, de 22 años, es difícil atravesar la calle Balderas pues los 15 segundos del semáforo no son suficientes. “Podrían considerar prohibir la vuelta”, sugirió.
Sobre lo anterior, los policías de tránsito argumentaron que no es posible dar más tiempo al semáforo peatonal porque es una avenida con gran afluencia vehicular y se generarían problemas viales. en el Metrobús es culpa de los automovilistas, la famosa vuelta prohibida a la izquierda. Casi ningún accidente es culpa nuestra, es culpa de un tercero. Esa es la parte más triste: no siendo responsabilidad de nosotros, a la hora de una frenada fuerte, los pasajeros caen, se golpean, se pegan en la cabeza”, explicó.
Todos los choferes, comentó, deben cumplir con una capacitación mínima de 160 horas – 50% teóricas y 50% prácticas – que incluye un aparatado estratégico llamado “Manejo a la defensiva” sobre cómo frenar ante una emergencia sin lastimar a los usuarios.
“Lo que hace el manejo defensivo es alertar al operador de cómo prever, evitar o amortiguar un impacto contra otro vehículo”, dijo el funcionario. Otras “materias” son manejo en modo libre, aproximación a las estaciones, regulación ante contingencias y auxilio vial, señaló.
Esos cursos, los imparten especialistas de la Asociación Americana de Seguridad Vial de Estados Unidos y organizaciones con sede en Brasil, pero sólo tres de cada diez choferes cuantan con una certificación.
El otro 70% no capacitado podría poner en riesgo a los pasajeros, como el operador del autobús 048 en la Línea 1, quien la mañana del 22 de abril, por jugar “carreritas” con el autobús 150, salió de su carril confinado y superó el límite de 60 kilómetros por hora.
Por ello, entre los pasajeros, existe la sensación de que en cualquiera de los 377 autobuses del Metrobús hay peligro de accidente. No importa que los autobuses los operen choferes de la Red de Transporte de Pasajeros del DF, CISA, RECSA, CTTSA, COPSA, TSAJJ, CE4-17M, MIVSA o CCASA: las impericias suman cada año, en promedio, un muerto.
Y si los usuarios quisieran reclamar al operador su mala conducta, tendrían que bajar del autobús y perder hasta 20 minutos de viaje.
Rebasan los tiempos
En distintos recorridos, EL UNIVERSAL constató el obstáculo del tiempo: por la Línea 1, desde Caminero hasta Indios Verdes, en hora pico los usuarios tardaron 110 minutos en llegar de terminal a terminal, en lugar de los 90 que promocionó el gobierno local; por la 2, de Tepalcates a Tacubaya, el tiempo prometido por sus diseñadores fue superado por 20 minutos; por la 3, de Tenayuca a Etiopía, el trayecto tomó 70 minutos, en vez de los 55 prometidos; y por la 4, de Buenavista a las terminales del aeropuerto, 65 minutos y no los 50 minutos esperados.
Hacinamiento, robos, falta de mantenimiento, huecos en la infraestructura, poca capacitación que deja heridos y la poca frecuencia de paso en horarios picos son el drama de todos los días para los usuarios.
Un drama que cada mañana vuelve a empezar para los 800 mil capitalinos que todos los días usan las cuatro líneas del Metrobús.