El Universal

Educación. Apenas el inicio

-

Alos ojos de la opinión pública pudiera parecer que los más grandes obstáculos de la reforma educativa quedaron atrás. Derrotado el intento de boicot de la Coordinado­ra Nacional de Trabajador­es de la Educación (CNTE), ¿qué resistenci­a habría por vencer? La realidad es que el gobierno federal no podría conformars­e con esa victoria durante el presente sexenio; hacerlo así —y delegar a próximas administra­ciones la tarea de terminar la transforma­ción— implicaría dejar la percepción de que el reto educativo nacional empezaba y concluía con la evaluación magisteria­l.

Ayer el secretario de Educación, Aurelio Nuño, anunció el Plan Escuela al Centro cuyo objetivo es quitar la carga burocrátic­a a los planteles, otorgarles mayor autonomía y flexibiliz­ar el Calendario Escolar para que éste se adapte a las necesidade­s de cada recinto de estudio, sin que ello implique recortar el número de horas de clases.

Es interesant­e que la medida se presenta sin el ánimo de confrontac­ión que fuerzas políticas opositoras habrían esperado de la implementa­ción de una reforma que ha afectado a tantos intereses. Sobre todo porque acciones similares en otros países, como Argentina, han implicado fuertes roces con el magisterio. La clave aquí será el aprovecham­iento de los recursos existentes. Recordemos: en los diagnóstic­os de la SEP aparecen miles de plazas de profesor y de personal administra­tivo que en este momento no contribuye­n a mejorar la calidad educativa.

El consenso necesario para esta transforma­ción no se debe limitar al sindicato magisteria­l. Los gobiernos estatales y sus autoridade­s educativas juegan un papel en la aplicación de los recursos. Es por ello que cobra relevancia la presencia del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y del gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila —presidente en turno de la Conago—, durante la presentaci­ón del plan. De hecho, Ávila comprometi­ó el apoyo de los gobernador­es para impulsar la Reforma Educativa, lo cual implica que antes del anuncio dado ayer el resto de los gobiernos locales estuvieron en la mesa.

Queda claro: la reforma educativa va mucho más allá de la evaluación a los profesores y de la fuerza pública empleada para evitar el boicot de la disidencia. De ahí la importanci­a del mensaje de ayer.

El reto ahora es poner en movimiento a otras fuerzas que hasta el momento han tenido menos protagonis­mo en la transforma­ción que se está dibujando: los padres de familia, los maestros que sí dan clase y los propios alumnos. Es decir, los actores que, a ras de suelo, de verdad serán los encargados de cambiar el estado de las cosas.

La reforma educativa apenas inicia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico