Chapo 2.0
Conforme pasan los días, los detalles de la recaptura de El Chapo se hacen cada vez más precisos, y mientras muchos piensan ya en hacer libros, series, películas y lo que se pueda acerca de la vida y obra del personaje, sin duda uno de los más significativos de nuestra historia, lo que no se podrá obviar en éstas es el rol que jugó la tecnología en la reaprehensión del que fue el hombre más buscado del planeta. Las redes sociales, ya lo dijimos con anterioridad en este espacio, han sido fundamentales en la difusión de los pormenores, no sólo a través de las cuentas de los medios de comunicación; la #MisiónCumplida desde la cuenta presidencial y el debate en torno al suceso desde las páginas de Facebook y cuentas de Twitter de algunos involucrados fueron y serán parte primordial en los contenidos de lo que acabará siendo llenado en las páginas de uno de los eventos más importantes de este siglo.
No había pasado un día completo desde la publicación de dicha #MisiónCumplida cuando la versión en línea de la revista Rolling Stone presumía entre líneas que antes que el Estado mexicano supiera la ubicación de El Chapo, uno de sus colaboradores, Sean Penn, ya había tenido un encuentro; sabíamos que Kate del Castillo, presunto contacto entre Penn y El Chapo, tenía cierta simpatía por Guzmán Loera y no dudaba en hacerla pública a través de su cuenta de Twitter, desde hace por lo menos cinco años, esto a raíz de la participación de Castillo en la Reina del Sur. Algunos medios han dado a conocer que la actriz y el líder del Cartel de Sinaloa se comunicaban a través del Blackberry Messenger, suponemos que por su fama de “seguro”. Que la gente de Penn y el capo compartían cuentas de correo electrónico en las que se dejaban mensajes sin enviar para que pudieran ser consultados sin el riesgo de ser interceptados al momento del envío. Incluso sabemos marcas y modelos (y colores) de smartphones que eran candidatos a regalo por parte de Guzmán Loera para Kate; y sabemos que la actriz y empresaria, otra vez por su cuenta de Twitter, tiene una versión de los hechos diferente, que hará pública, dice, en breve. Todo está ahí, en Internet; no sólo detalles técnicos de los artilugios utilizados por las fuerzas de seguridad, también los argumentos, las tramas y anécdotas para las historias que están por escribirse en ese género del narco que tanto parece gustar a muchos.
Y es que, aun con Élmer Mendoza prosificándola (y con Edgar “El Zurdo” dosificándola), no le alcanza a la narcoliteratura o a las narcoseries para dar a los personajes de la vida real, por sí mismos, lo suficiente —igual pasa con futbolistas, la mayoría de los políticos y otras figuras públicas que aterrizan a la obra de alguien—. No me compro, ni un gramo, al narco complejo y lleno de aristas, al personaje interesante que podría llegar a ser, tenga el apellido que tenga. Estas anécdotas que se revelan a través de la tecnología (y la tecnología misma como la forma del fondo), son el verdadero aporte a esa nueva narrativa que seguirá dependiendo de su buena dosis de ficción, y no es poca cosa.
Aun con Élmer Mendoza prosificándola, no le alcanza a la narcoliteratura o a las narcoseries para dar a los personajes de la vida real, por sí mismos, lo suficiente.