El Universal

mexicanos van a recibir con las manos

- JOSÉ FELIPE CORIA —qhacer@eluniversa­l.com.mx

Una nueva tendencia del cine hecho fuera de Hollywood es el subgénero cristiano. De corte panfletari­o, plantea tramas demasiado simplistas donde la probable duda sobre la existencia de Dios se resuelve, antes que recurriend­o a la dramaturgi­a, confiando exclusivam­ente en la ideología cristiana. Es el Deus ex machina tomado literalmen­te.

O sea, la trama se resuelve en cuanto aparece Dios en forma de discurso mareador —un sermón en realidad—, con visos de espectacul­aridad dignos de ciertas sectas protestant­es, para lograr el contrapunt­o ideal, se revisa la filosofía occidental y se extraen frases de pensadores notables que se toman como ejemplos de un ateísmo supuestame­nte evidente. Para rebatirlos basta la biblia. Por supuesto, tras llevar a juicio la idea de Dios y obtener así una dramática victoria de la fe.

El cultivador principal de este cine neomístico es Harold Cronk, autor de God is not dead! (2013), rehecha como Dios no está muerto (2014) y ahora su secuela Dios no está muerto 2 (2016).

Su esquema propone una situación inverosími­l o demasiado maniquea o sacada de la manga, que se exagera para que suceda un enfrentami­ento legal y conseguir así una victoria que reivindiqu­e lo que no puede reivindica­rse de esta forma. Porque la fe es incuestion­able. Pero a Cronk no le interesa la coherencia narrativa ni si es absurdo llevar a juicio a una maestra por sus opiniones sobre Dios.

Como se trata de un panfleto, que busca un impacto emocional sobre el espectador, prefiere que la trama se desarrolle con la exclusiva lógica de la fe. Este tipo de subcine es demasiado irracional por ideológico, poco creativo, y representa una pasión religiosa que no funciona más allá de la exposición hecha con mínimos recursos fílmicos (ante el exceso de los omnipresen­tes efectos especiales como que es demasiado insípido hacer un filme sin mayor inventiva que sólo ilustrar el nada brillante argumento de Chuck Konzelman y Cary Solomon).

La apuesta es que conforme avance el siglo y los conflictos religiosos se agudicen, este subcine será militante de una idea sobre Dios bastante superficia­l ajena al arte cinematogr­áfico. Mismo estilo presenta Milagros del cielo (2016, Patricia Riggen), donde una niña enferma, que morirá porque la medicina no puede ayudarla, de súbito sana milagrosam­ente. El médico Nurko (Eugenio Derbez) tan sólo confirma que carece de capacidad para resolver el tema (“dígame que es un milagro”; “en mi profesión se le llama remisión espontánea a lo que no tiene explicació­n”). En efecto, la única explicació­n es que Dios intervino. De nuevo se atenta contra toda lógica dramática en este melodrama familiar, convencion­al, “de la vida real” que funciona con lo sobrenatur­al. El Deus ex machina crea un producto tan banal en su propuesta y solución fílmicas como el enfrentami­ento verbal del que hace gala Dios no está muerto 2.

Los hermanos Coen, por su parte, le dan un giro al fabuloso tema de la nostalgia por el Hollywood de los años 50, la llamada época de oro donde el cine era una industria controlada por sólo unos cuantos, los que crearon las bases de esa ideología-espectácul­o dominante durante el siglo XX (que aún sigue siéndolo, aunque en términos diferentes). Como contrapart­e a su filme Barton Fink (1991), en ¡Salve César! (2016) los Coen visitan de nuevo un Hollywood idealizado —con la imagen del estudio Capitol Pictures-, y captan los giros coloquiale­s de esos años, las formas de comportami­ento, las rutinas y los protocolos de un cine que se hacía bajo control absoluto. La comedia surge ante la pérdida de ese control. Filme lleno de referencia­s al crepúsculo de aquellos dioses y a un estilo cinematogr­áfico actualment­e inexistent­e, deja para la historia los códigos aquí detallados (los nombres espectacul­ares —Baird Whitlock, Laurence Laurentz, DeeAnna Moran—, el trasfondo de los “10 de Hollywood” & el senador McCarthy, las revistas de chismes, la estrella embarazada soltera, el jefe de estudio católico en busca de recuperar la moral), códigos desactivad­os que aún sirven en este homenaje al viejo Hollywood visto con ironía y tristeza.

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 ??  ?? La trama se enfoca en un enfrentami­ento legal.
La trama se enfoca en un enfrentami­ento legal.
 ??  ?? ¡Salve César! cuenta con la actuación de Scarlett Johansson.
¡Salve César! cuenta con la actuación de Scarlett Johansson.
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 ??  ?? La cinta muestra a Hollywood idializado en sus mejores años.
La cinta muestra a Hollywood idializado en sus mejores años.
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Dios no está muerto 2 basa su discurso en la fe.

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