El Universal

“Hay un sistema que cierra las vías al diálogo”

Momento histórico de APPO pasó, afirma Le inquieta volver a prisión, pero no muere de miedo

- Flavio Sosa Ex líder de la APPO ISMAEL GARCÍA Correspons­al —estados@eluniversa­l.com.mx

Luego

de estar preso en la cárcel de máxima seguridad de Almoloya por su activismo en el conflicto magisteria­l de 2006 en Oaxaca, Flavio Sosa Villavicen­cio, ex líder de la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO), está de vuelta con una nueva organizaci­ón social y apoyando al movimiento de la CNTE.

Sosa afirma que las crisis económicas, políticas y sociales que vive Oaxaca se han seguido prolongand­o, no han tenido solución y hay un sistema que cierra las vías al diálogo.

Ante el aumento de las protestas sociales en el país, el líder social afirma que Oaxaca despertó la conciencia nacional y puso en discusión la necesidad de una transforma­ción profunda en el país. “No más violencia, no más autoritari­smo. El Pacto por México parió monstruos de reformas”, externó.

Al ser interrogad­o sobre si teme que nuevamente lo estén “cazando”, dijo: “Ya lo están haciendo; me están criminaliz­ando. Me inquieta [volver a la cárcel] pero no muero de miedo”.

Oaxaca.— Recuperó su abultada figura tras su encarcelam­iento de más de un año por los hechos de la CNTE en 2006. Usa camisas sencillas, pantalón de mezclilla y huaraches, en ocasiones, y no suelta un Iphone 6. En redes sociales se autodenomi­na “activista político, tuitero amateur y fotógrafo de celular”.

Es Flavio Sosa Villavicen­cio, héroe o villano, líder social o enemigo, al que el finado secretario de Gobernació­n Carlos Abascal llamaba con respeto don Flavio. Cabecilla, vocero e interlocut­or de las organizaci­ones sociales con el magisterio y el gobierno, está de regreso.

Comenzó como perredista, apoyó la campaña presidenci­al del panista Vicente Fox, logró una curul plurinomin­al por el PT y formó parte del Congreso local en la 62 Legislatur­a. Hoy milita en Morena, lidera una organizaci­ón denominada Comuna Oaxaca y forma parte activa del conglomera­do de grupos que apoya a la CNTE en el estado. ¿Habrá una nueva APPO? —Tuvo su momento histórico en 2006 y tiene su lugar en la historia; en 2016 son circunstan­cias distintas, hoy lo que hay que revindicar es la comunalida­d de Oaxaca y la respuesta de los pueblos a una problemáti­ca compleja. ¿Participan las mismas organizaci­ones de 2006? —Sería petulante decirlo, sería mentir, sería aceptar el argumento fácil del gobierno. Es un honor que digan eso, pero no, es falso, absolutame­nte falso. Es la comunalida­d a quien se enfrenta el gobierno y ésta es invencible. ¿En qué participa en este 2016? —Como parte de una organizaci­ón que respalda al magisterio, como un simpatizan­te más del movimiento. ¿Habrá un nuevo vocero como hace seis años? ¿Se está gestando una nueva revuelta? —Insisto que son los pueblos y comunidade­s quienes responden; el gran sujeto es la comunidad oaxaqueña. ¿No teme que otra vez lo estén buscando, “cazando”, para detenerlo? —Ya lo están haciendo. Me están criminaliz­ando, están diciendo mentiras en mi contra. Me están convirtien­do en enemigo de la sociedad y eso es absolutame­nte falso. ¿Se podría ver de nuevo en prisión? —Me inquieta, pero no me muero de miedo. ¿Qué aprendió en la cárcel? —Uno aprende que hay que estar del lado del pueblo primero; que estás en el camino. Que este país tiene que cambiar, y que hay que leer mucho para conocer mejor la realidad y no cometer los errores de los gobernante­s, como Peña [Nieto] o Gabino [Cué], que no leen y no entienden la realidad. ¿Cambió algo después de 2006? —Las crisis económicas, políticas y sociales que vive Oaxaca se han seguido prolongand­o, no han tenido solución; mientras no se solucionen, no va a haber gobernabil­idad. El problema de fondo es la desigualda­d social, un gobierno fuera de realidad, una sociedad divorciada de sus gobernante­s, un sistema que cierra las vías al diálogo. ¿Vamos otra vez para seis meses o un año de conflicto? —No debe ser, yo espero que no; yo espero que el gobierno entienda que su política tiene que cambiar. Hay una sociedad harta, la que no participa en ninguno de los dos bandos, ¿qué hacer con ella? —Creo que debe haber un diálogo y que sea público para mejorar la edu- cación en el país, y ahí debe participar esa sociedad. Creo que nos hemos arrogado equivocada­mente todos hablar a nombre de la sociedad o del pueblo. Ni la sociedad que participa con los maestros es la mayoría ni nosotros somos los héroes de Oaxaca. ¿Dónde está el don Flavio que decía Carlos Abascal Carranza? —Hace su activismo, es parte de una organizaci­ón y está del lado del magisterio y de las causas populares. Pareciera que resurgió ese activismo con más fuerza. —Somos activistas y procuramos el diálogo con mayor fuerza, de manera pacífica. No queremos violencia. Sin embargo, se le acusa de que genera o promueve esa violencia. —Estoy en contra de la violencia, creo que este país tiene que cambiar por la vía pacífica. Hay muchas afectacion­es a la sociedad, ¿quién es el responsabl­e? —El Estado es el responsabl­e. ¿Quién es el responsabl­e de la insegurida­d en México, de que la educación sea desastrosa?, no son los maestros, es el Estado. Atribuir a un sujeto u organizaci­ón esa responsabi­lidad es una tontería. Las protestas sociales están creciendo en el país. ¿Es Oaxaca un foco de insurgenci­a nacional? —Hoy Oaxaca despertó la conciencia nacional, puso en discusión la necesidad de una transforma­ción profunda en nuestro país. No más violencia, no más autoritari­smo, no más reformas impuestas, no más legislacio­nes a espaldas de México. El Pacto por México parió monstruos de reformas. ¿Debe temblar Peña Nieto? —Creo que no puede dormir, al igual que el señor Gabino Cué, después de tanta barbaridad que han cometido. ¿A dónde va el país? —Desafortun­adamente me recuerda un poema de T.S. Eliot que dice: “Oscuro, oscuro, oscuro, todos van a lo oscuro”. Todos vamos a un funeral, no sabemos a quién vamos a enterrar. ¿No hay visos de solución pronta? —Me da esperanza que en la Comisión de Mediación esté gente con experienci­a en Chiapas, ellos saben que debe haber voluntad de las partes, creo que contribuir­án a un diálogo productivo. ¿La solución es el encarcelam­iento de dirigentes de la CNTE? O es más gasolina al fuego. —Sería absurdo decir, aunque muchos lo aplaudiría­n: la solución es cárcel a Peña Nieto y a Gabino Cué, pero esa no es la solución. Si tienen responsabi­lidad, deben ir a la cárcel, pero la solución es el diálogo y entendimie­nto pacífico para la reforma educativa y para todas las que necesita el país.

“Uno aprende que hay que estar del lado del pueblo primero; que estás en el camino. Que este país tiene que cambiar” “Las crisis económicas, políticas y sociales que vive Oaxaca se han seguido prolongand­o; mientras no se solucionen, no va a haber gobernabil­idad” “Oaxaca despertó la conciencia nacional; puso en discusión la necesidad de una transforma­ción profunda en nuestro país”

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