El Universal

“Sabía que a mi padre lo querían matar”

- FREDY MARTÍN Correspons­al www.eluniversa­l.com.mx Lea la crónica completa

Yitik.— En su mano izquierda, Armando López González, hijo de Domingo López González, asesinado el sábado por la mañana en la plaza central de San Juan Chamula, sostiene una bala 9 milímetros, (la del tiro de gracia) que extrajo de la cabeza de su padre. Detiene un momento su llanto para pedir justicia, porque “la venganza no resolverá nada”.

El cuerpo de Domingo, alcalde por nueve meses de San Juan Chamula, es velado en la sala de la casa, a donde llegaron hombres y mujeres de San Sebastián, San Juan y San Pedro con velas, flores y aguardient­e.

Los padres de la víctima, Pascual López y Dominga López Calabaza, de 95 y 90 años, permanecen frente al féretro, donde los tzotziles se plantan para ofrecer una oración y depositar billetes de 50 y 20 pesos en un cesto.

Desde el mediodía llueve en Yitik, mientras los arroyos se desbordan hacia los caminos. Los familiares del alcalde esperan la llegada del gobernador Manuel Velasco Coello.

Armando López, de 27 años, cuenta que a las cinco de la mañana del sábado le telefoneó a su padre, quien se encontraba en la casa que tiene en el barrio San Pedro, en la cabecera municipal de San Juan Chamula, para decirle que tuviera cuidado, porque sabía que habría una protesta.

“¡Cuídese, jefe!”, dijo Armando a su padre de 53 años, porque “sabía por informació­n que me llegó que a mi padre lo querían matar”, pero él me dijo que les daría obras y dinero, pero sobre todo tenía fe. “Diosito me va a proteger”, le dijo su padre.

Cerca las 10:30 de la mañana, “hora de Dios”, le telefonear­on para decirle que su padre había sido asesinado.

Entonces le pidió a su cuñado que lo acompañara para levantar el cuerpo. En el camino apresuró la marcha, porque supo que los agresores querían rociarlo con gasolina para “que sólo quedaran sus cenizas”.

Cuando Armando y su acompañant­e llegaron, se encontró con una plaza desolada y el cuerpo de su padre tendido frente al edificio del PRI, con el rostro desfigurad­o por los golpes y el tiro de gracia.

La vida de Domingo, conocido por los tzotziles como zetjol (corto de cabeza o cabeza redonda), “fue de mucho sufrimient­o en Yitik: su infancia la vivió en una casa muy pequeña”, con carencias. Después de ser alcalde por primera vez (2008-2010), regresó a trabajar como chofer de un camión de volteo, como “cuando fue joven y empezó desde abajo”.

 ??  ?? Pascual y Dominga López, de 95 y 90 años, montan guardia frente al féretro de su hijo Armando, alcalde de San Juan Chamula por nueve meses.
Pascual y Dominga López, de 95 y 90 años, montan guardia frente al féretro de su hijo Armando, alcalde de San Juan Chamula por nueve meses.

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