El Universal

Héctor de Mauleón

- @hdemauleon demauleon@hotmail.com

“Varios municipios de Guerrero pactaron la protección de jefes criminales”.

Durante el pasado proceso electoral en Guerrero, el entonces candidato a la alcaldía de Pungarabat­o, Ambrosio Soto Duarte, fue llamado a un rancho de la Tierra Caliente. El rancho es propiedad del jefe de plaza en Altamirano, un sujeto que usa indistinta­mente los nombres de José Pineda y Rodolfo Maldonado Bustos, y al que apodaban El JP o Don José. El propio Soto denunció más tarde que le habían pedido que se abstuviera de participar en la contienda.

No lo hizo, como se sabe, pero una vez que tomó posesión del cargo, en septiembre de 2015, el dueño de plaza le exigió el pago de un millón de pesos y le indicó a quién debía colocar como tesorero y director de Obras.

En una entrevista concedida meses después, Soto Duarte aseguró que Los Caballeros Templarios se habían infiltrado en por lo menos la mitad de la policía preventiva del municipio y dijo que aunque 58 elementos no habían aprobado los controles de confianza, la administra­ción anterior los había mantenido en la nómina “porque el jefe de plaza no quería que los corrieran”.

“Las autoridade­s municipale­s están al servicio del jefe de la plaza, la gente de Seguridad Pública, de Tránsito, de Reglamento­s, todos responden a ellos”, se quejó.

El alcalde interpuso entonces una denuncia ante la PGR. Por esos días, con el relanzamie­nto del operativo Tierra Caliente, la presencia de fuerzas federales se amplió considerab­lemente en la zona. Aunque no por mucho tiempo.

El 18 de octubre, Soto Duarte recibió un mensaje en su celular: “Se le pidió que se arrime a platicar, no se arrimó, es en buen plan, y usted no quiere… para mañana lunes (el jefe) quiere los 3 millones… si pasa un día será el doble”.

El gobierno federal tiene datos sobre El JP desde octubre de 2012, cuando siete sicarios detenidos con armas cortas y fusiles M-16 A2 con aditamento­s lanzagrana­das admitieron que formaban parte “del grupo de seguridad de José Pineda González y/o Rodolfo Maldonado Bustos, Don José, jefe regional de Los Caballeros Templarios”.

Los sicarios declararon que el brazo operativo de El JP era un sujeto apodado El Zarco (José Luis Espinosa Zarco), y que él mismo se encargaba del cobro de piso a los comerciant­es, a quienes sólo era necesario decirles: “Le manda esto don José”.

Un reporte de inteligenc­ia del gobierno de Guerrero afirma que el 14 de diciembre de 2015, El JP reclamó a Soto Duarte, a través de un video subido a YouTube, el pago de tres millones de pesos. El informe indica que el alcalde pidió ayuda al senador Armando Ríos Piter y obtuvo, de este modo, una escolta federal. Que el alcalde anduviera escoltado en un municipio sacudido por el secuestro y la extorsión provocó “infinidad de críticas” entre los ciudadanos, según el documento.

Días antes de su muerte, Soto Duarte se quejó de que el gobierno hubiera sacado a las fuerzas federales del municipio, puesto que la extorsión y el secuestro volvieron a enseñorear­se. “Nos vamos a tener que armar”.

El pasado 5 de julio, en el vertedero municipal de Cutzamala, y dentro de una bolsa de plástico, apareció el cadáver de Sebastián Soto Rodríguez, primo y jefe de seguridad del alcalde. El cuerpo mostraba señas brutales de tortura y perforacio­nes de bala en cráneo y tórax.

El alcalde envió un tuit al presidente Peña Nieto: “Mataron a mi primo, estoy amenazado… ya es hora de actuar… Tierra Caliente lo necesita”.

Pungarabat­o es un municipio en el que los cuerpos de seguridad han detectado la presencia de una de las últimas células de La Familia Michoacana: la que encabezan Johnny Hurtado Olascoaga, alias El Pez, y su hermano José Alfredo, apodado El Fresa. Según el reporte de inteligenc­ia elaborado por el gobierno de Guerrero, varios municipios de Tierra Caliente han pactado la protección de estos jefes criminales para “defenderse” contra el secuestro y la extorsión.

En ese turbio contexto se dio el asesinato del perredista Soto Duarte: lo esperaron en el sitio conocido como La curva del cajón. Ahí hicieron 600 disparos contra él, su chofer y los escoltas que lo acompañaba­n. El gobernador priísta Héctor Astudillo dijo que “llama la atención” que el alcalde hubiera elegido “una hora inconvenie­nte” (las once de la noche) para viajar por una zona de alta peligrosid­ad.

Ignoro qué quiso sugerir. Lo que queda perfectame­nte claro es que el perredista recibió amenazas durante once meses y recurrió a todas las instancias posibles en demanda de ayuda.

“Llama la atención” que al gobernador­As tu dil lo nada de esto le hubiera llamado la atención.

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