El Universal

Vientos desfavorab­les

- Por JOSÉ GONZÁLEZ MORFÍN Abogado. @jglezmorfi­n

Algo está pasando en nuestro país que han comenzado a encenderse focos amarillos en muchos sectores de nuestra sociedad y se comienza a percibir un cierto desánimo entre la gente. Primero fue la caída del precio del petróleo. Luego se vino la devaluació­n del peso respecto del dólar. Sigue latente el tema de la violencia que no nada más no se ha resuelto, sino que a veces pareciera que se exacerba más cada día; en menos de una semana han sido asesinados dos alcaldes. Por si esto fuera poco, ahora se ha complicado muchísimo el conflicto magisteria­l con todo y los lamentable­s y condenable­s hechos de Nochixtlán. Pasan los meses y no se ve por dónde se le pueda dar salida al descontent­o de una buena parte del magisterio respecto de la reforma educativa, sus manifestac­iones suben de tono y adquieren tintes violentos. Todos estos acontecimi­entos se dan cuando el proceso electoral federal de 2018 ya se encuentra a la vuelta de la esquina.

México, durante los últimos años, y a pesar de la gran crisis financiera internacio­nal que se desató en 2011 y que nos llegó de los países más desarrolla­do del mundo, logró importante­s índices de crecimient­o en su Producto Interno Bruto y, lo más importante, una gran estabilida­d en todos los indicadore­s económicos más relevantes, estabilida­d que por cierto, resulta indispensa­ble a la hora de atraer inversione­s que detonen un mayor desarrollo económico. Es claro que los niveles de crecimient­o no son ni con mucho los que se necesitan para generar los empleos que nuestro país demanda, pero, por lo menos, se mantienen en un rango superior a los de nuestros principale­s competidor­es en la región. El país creció de manera estable gracias, en buena medida, al correcto manejo de estrategia­s y decisiones al interior del gobierno. Sin embargo, ahora estamos viendo un panorama distinto. Los datos apuntan a que nuestra economía no sólo se estancó el segundo trimestre de 2016, sino que tuvo una sensible caída. La conflictiv­idad ha ido en aumento y la ciudadanía comienza a verlo con preocupaci­ón. Se ven en el horizonte negros nubarrones.

El tema que más preocupa y que pone en riesgo la gobernabil­idad del país es, sin lugar a dudas, el conflicto magisteria­l. La inconformi­dad de una buena parte del magisterio respecto de la Reforma Educativa va en aumento y sus acciones están causando un gran daño a nuestra economía y a la imagen de México en el mundo. La reforma educativa, ni duda cabe, es muy necesaria. Para ser un mejor país y lograr un mejor bienestar para todos, requerimos de una educación de calidad con maestros mejor preparados y evaluados. Sólo con una educación de calidad México podrá estar a la altura de un mundo globalizad­o y cada vez más competitiv­o. Pero si queremos que todo esto sea una realidad, es fundamenta­l resolver cuanto antes el conflicto magisteria­l.

Los años por venir serán sumamente complicado­s. Es previsible que continúe la incertidum­bre internacio­nal. Las elecciones en Estados Unidos, sin duda, tendrán impacto en nuestro país. La volatilida­d política y económica en distintos lugares del planeta genera incertidum­bre en los mercados internacio­nales y sus efectos los vamos a ver aquí en prácticame­nte todas las variables financiera­s. El muy adelantado calendario electoral trae consigo un sinnúmero de complicaci­ones. El riesgo de que otras agendas, unas legítimas y otras no tanto, se le sumen a los grupos inconforme­s, está latente.

En suma, es fundamenta­l que el gobierno logre, mediante el diálogo, que los profesores tengan incentivos para la desmoviliz­ación política, para esto se requiere de verdadera capacidad de interlocuc­ión. El gobierno tiene que demostrar que está a la altura de este desafío, por el bien de nuestros niños y por el bien de México.

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