Hijos de capos del narco exhiben excesos en las redes sociales
Presuntos seguidores de hijos del demuestran apoyo Fenómeno muestra descrédito de la clase política: expertos
NUEVO LEÓN
Monterrey.— “Saludos campeón, Dios me lo bendiga”, “Mis respetos a usted y su familia, yo sé bien que un día ustedes cambiarán México… ”, “aquí estamos listos y dispuestos para morir defendiendo la bandera del Chapo Guzmán”, son algunas de las frases que dedican usuarios de redes sociales, a los hijos de Joaquín Guzmán Loera y al propio líder del Cártel de Sinaloa, a través de las decenas de cuentas, al parecer falsas, que con sus nombres inundan Facebook y otras plataformas.
A El Chapo y sus hijos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, por esos medios, les dirigen cientos de mensajes mujeres que dicen estar enamoradas de su porte y hombres que se ofrecen para servir como sicarios “a las órdenes del jefe”.
Lo mismo sucede con otros personajes del crimen organizado como Rafael Caro Quintero, que mantiene un buen posicionamiento en el conocimiento público y seguidores en redes sociales, no obstante que su boom mediático ocurrió hace dos décadas.
También destaca el caso de Dámaso López Serrano, el Mini Lic., hijo de Dámaso López Núñez, señalado como pieza clave en la primera fuga de El Chapo, pues tres meses —en octubre de 2000— antes del escape, renunció al cargo de Seguridad y Custodia del penal de Puente Grande.
Pero el nombre que arrastra multitudes con 119 mil 969 personas que le habían dado “like” a su real o falsa página de Facebook, del 10 de junio de 2015 (día en que fue creada) al 18 de agosto de 2016, es el de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo de El Chapo.
Bastó la frase “la otra cuenta me la bloquearon… saludos plebes”, para que hubiera 358 comentarios, con frases de ánimo, apoyo, peticiones de “trabajo”, declaraciones de amor, admiración y respeto por sus actividades, así como 4 mil 701 “me gusta”, “me encanta” y me divierte”.
Una persona que registró su perfil con el nombre de Conchita, escribió: “… admiro a usted y su familia y le diré, pido a Dios los cuide siempre porque creemos más en ustedes que en gobierno y sé qué harían más ustedes que ellos. Al millón con ustedes”.
Luis expresó: “… Iván, yo apoyo a tu papá y a ti, ya que no es justo que tengan encerrado a tu padre, quisiera que me dieras trabajo, ya que tengo enferma a mi hija, espero tu respuesta, de antemano muchas gracias”.
Sin que le hicieran caso, Jorge comentó: “Estas páginas son falsas, dejen de hacer el ridículo y de seguir a gente que sabrá Dios quién sea; las fotos que suben en estas páginas son de Google… los hijos del Chapo no van a perder el tiempo haciendo cuentas de Twitter o de Facebook, por favor gente”.
Incluso, hay en Facebook una cuenta que aparece como la “oficial” de Joaquín El Chapo Guzmán, cuyo manejador escribe frases del estilo “Yo gano o aprendo, pero nunca pierdo”; “no me molesta que la gente hable mal de mí, los perros también ladran cuando no conocen a la gente” y “una vez me preguntaron que por qué me gustó la vida fácil, y contesté: nada es fácil, si no cualquiera fuera narcotraficante”.
La actividad de este supuesto Chapo “oficial” en redes sociales, incomodó a un personaje que maneja la cuenta de Twitter Joaquín Archivaldo @Elreysinaloa, y se ostentaba como el verdadero Chapo, quien advirtió al primero: “prepárate chavo cagón, llegó el que te va a desenmascarar, si no tienes fotos, dime y te mando unas, falso como el agua”; “lo que cuenta aquí por el pájaro (Twitter) son los hechos y no los poemas hipócritas que pone el pelao”.
La mala ortografía en los mensajes en las redes de este tipo de personajes es la característica común. Faltan proyectos para jóvenes. La explicación de por qué algunos sectores de la sociedad mexicana elevan a niveles de leyenda a los capos del narcotráfico y los ven como líderes de cambio muestra del descrédito de la clase política, pero en general de las instituciones, que han sido incapaces de crear oportunidades para resolver los graves problemas del país, consideran sociólogos y analistas de Nuevo León.
Jesús González Ramírez, activista social y defensor de derechos humanos, expresó que la causa de que la juventud se identifique con los narcos y aspire a ser como ellos, es por la falta de líderes, pero también de proyectos para desarrollar su potencial.
Para el impulsor de talleres sobre participación ciudadana, la gente está receptiva y en la medida que obtiene resultado de su organización, recupera su autoestima cívica. Para romper el círculo vicioso que alimenta al crimen, dijo, es necesario generar un rechazo social a la violencia y a lo que conlleva, que la gente no se relacione con ellos ni aspire a su estilo de vida.
Al mismo tiempo, “hacer una reflexión para llegar a un arrepentimiento colectivo sobre lo culpables que somos todos, en mayor o menor medida, porque hay muchas cosas que estando a nuestro alcance no las hemos hecho. Si ponemos un piso a la situación que vivimos, tal vez ya no sigamos hundiéndonos y empecemos a salir”.
Al posicionamiento de “los narcos, como modelos a seguir, han contribuido algunos medios, cantantes y compositores de corridos que ensalzan sus ‘hazañas’; pero en mayor o menor medida todos, gobiernos, instituciones, políticos, empresarios, cuando dejamos de hacer lo que nos corresponde y no ayudamos a ofrecer mejores oportunidades, para jóvenes, adolescentes y niños”.
El investigador Eleocadio Martínez Silva, coordinador del área de Sociología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), comentó que a los jóvenes se les ha educado en distintos ámbitos de la vida pública y privada, que para tener éxito se debe tener un auto de lujo y una buena casa, acumular bienes materiales en general, pero para lograrlo se debe estudiar una carrera y trabajar duro.
Sin embargo, afirmó, en un contexto de crisis económica, desempleo y trabajos mal remunerados, sin posibilidades para muchos de estudiar una profesión, el camino legal o institucional para acceder a mejores niveles de vida, se ha vuelto muy complicado para las nuevas generaciones, y entonces se vuelve “una opción” participar en actividades ilícitas.
“En una sociedad cuyos modelos políticos, gubernamentales y empresariales están desprestigiados o destruidos, es porque en muchos de los casos se les relaciona con la criminalidad o la corrupción”, dijo Martínez Silva.
Ante ello, “no resulta extraño que para un sector de jóvenes, ser narcotraficante es un modelo aspiracional, porque reta al Estado ineficiente y corrupto que le niega oportunidades, y al mismo tiempo le permite alcanzar otro nivel de vida, a riesgo de perderla antes de lo que se imaginan”, concluyó.
“A los jóvenes se les ha educado en los distintos ámbitos de la vida pública y privada, que para tener éxito han de tener un auto de lujo y una buena casa” “No resulta extraño que para un sector de jóvenes, ser narcotraficante es un modelo aspiracional, porque reta al Estado ineficiente y corrupto que le niega oportunidades” ELEOCADIO MARTÍNEZ SILVA Investigador de la UANL