En el PRI, todos pierden
No hay manera de que la imagen del PRI quede a salvo. Alguien encendió el ventilador y ahora todos quedaron salpicados. Hoy mismo se espera que el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, sea despojado de sus derechos como miembro del partido e inicie la carrera para su expulsión de las filas del tricolor ante los señalamientos que lo acusan de haberse enriquecido de manera ilegal durante su mandato. El problema es que el encargado de encabezar el ajusticiamiento partidista de Duarte, Enrique Ochoa Reza, ayer fue señalado de haber recibido una liquidación de la Comisión Federal de Electricidad, pese a que no fue despedido, sino que renunció al cargo para buscar la presidencia de su partido, como él mismo lo expresa en su carta de renuncia dirigida al presidente. Aunque ayer mismo salió a explicar que no es el único en haber recibido esa liquidación, sino que los anteriores directores de la CFE también obtuvieron ese beneficio, que asegura además que es legal, el golpe fue dado. Priístas nos comentan que independientemente del lugar donde haya salido el obús contra Ochoa, la imagen que se envía no es la de un partido luchando por la corrupción, sino por ver quién de los que están en el PRI es el que menos ha cedido a cometer actos ilegales, o a recibir prebendas. Todos pierden, dicen.