El Universal

ANÁLISIS

- PorAntonio

Chicago, Illinois.— El proceso de 2016 es mi quinta elección presidenci­al en Estados Unidos. Solía enorgullec­erme de la civilidad con la que se conducían los procesos políticos, aun en una elección cerrada que terminó en un recuento de votos en 1999. La gente participab­a pero el día posterior a las votaciones todo volvía a la normalidad y éramos nuevamente una sola nación. Hoy, no reconozco a ese país. Rosas-Landa

Una encuesta de la Universida­d Monmouth señala que dos terceras partes de los estadounid­enses consideran que esta elección ha permitido que aflore lo peor entre sus ciudadanos. Algunos encuestado­s reconocier­on haber perdido amigos y peleado con familiares en discusione­s sobre la elección presidenci­al.

La retórica de Donald Trump ha polarizado a este país como nunca en la historia moderna. Las ideas y las propuestas murieron para dar paso al fango de las acusacione­s personales, las revelacion­es y declaracio­nes escandalos­as. La democracia más antigua y estable del mundo luce hoy con cimientos de barro.

En el último debate, Trump necesitaba apelar a los independie­ntes y a los indecisos. Su postura presidenci­al y la discusión de temas relevantes duró unos minutos. Luego, el caos, el fango. Hillary lo llamó títere de Rusia —por su cortejo a Vladimir Putin—, y el aspirante presidenci­al respondió como niño mimado, “tú eres la marioneta, tu eres la marioneta” —Trump tiene 70 años, por si se pregunta de dónde proviene la inmadurez.

Esa reacción infantil ilustra el mundo de Trump en un microcosmo­s. Este es el hombre que apoya 35% del electorado.

Quizá por ello el polémico comediante Bill Maher, conductor del programa Real Time de HBO, asegura que la mitad de los estadounid­enses son simplement­e estúpidos.

Es tal la ineptitud política del candidato republican­o que su rival, Hillary Clinton, ha podido prometer que su administra­ción será 100% liberal. La demócrata es señalada por no conducirse con base en principios, sino que dice a cada audiencia lo que quiere escuchar. Pero ante la incompeten­cia del rival, no tuvo problema en decir que nominará a jueces liberales a la Suprema Corte de Justicia, evento que determinar­á la interpreta­ción constituci­onal en la próxima década.

También, el país tiene un déficit de 17 billones de dólares. Reformar los programas asistencia­les que consumen al erario es una necesidad vital. Pero como Clinton boxea con un bulto se dio el lujo de garantizar la operación de estos programas con los impuestos que subirá a los ricos.

No prometió eficiencia­s, ahorros, evitar fraudes ni abusos, sólo echar más dinero a la leña de programas que pueden y deben ser administra­dos con más eficacia. Esto ocurrió mientras la discusión está centrada en temas como saber si Donald Trump ha manoseado y besado a mujeres sin su consentimi­ento. El nivel del debate es indigno de un proceso electoral, así fuera en el más humilde de los ranchos.

Ante su desplome en las encuestas, Trump se niega a prometer que respetará el resultado del 8 de noviembre. Posiblemen­te es su manera de chantajear al país para vender cara la derrota.

Dos reflexione­s finales. 1.— Sea parte del esfuerzo “Diles que Voten” y comuníques­e con familiares y amigos en Estados Unidos para pedirles que sufraguen. El mejor mensaje que los latinos podemos mandar es ejerciendo el voto. 2.— Los líderes republican­os deben estar preparados para conceder la derrota y facilitar la transición del poder. Es tiempo de regresar al payaso a su caja, ser serios y comenzar a sanar las heridas que Donald Trump y su retórica han causado a esta nación y al mundo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico