El Universal

Ricardo Raphael

- www.ricardorap­hael.com @ricardomra­phael Ricardo Raphael

“¿Por qué ha sido más fácil subir la gasolina en vez de combatir a los ladrones de combustibl­e?”.

Peor que el aumento en el precio de la gasolina es el robo de gasolina. Los litros hurtados a Pemex desde el 2009 a la fecha alcanzaría­n para que cada automóvil registrado en el país contara este año con nueve tanques de combustibl­e gratis.

En los últimos ocho años el volumen de gasolina extraído ilegalment­e suma alrededor de 160 mil millones de pesos. Una cantidad equivalent­e al doble de la inversión anual en el programa Prospera (antes Oportunida­des). Se trata también de la inversión total dedicada a construir el nuevo aeropuerto de la CDMX o diez veces la erogación que hará el gobierno federal para poner en marcha el tren interurban­o México-Toluca.

El cálculo es de Dwight Dyer, analista internacio­nal sobre riesgos energético­s, quien presentó estos datos a principios del mes en un foro sobre nuevos mercados energético­s realizado en el Centro Banamex de la capital.

Sus cálculos están basados en datos provenient­es de Pemex y del sistema mexicano de informació­n energética.

Según la misma fuente, 60% de combustibl­e fue extraído durante la administra­ción de Enrique Peña Nieto. A valor presente implicaría alrededor de 6 mil millones de litros en cuatro años. El 40% restante del hurto —4 mil millones de litros— habría sucedido durante el gobierno de Felipe Calderón.

Con esta evidencia frente a los ojos uno se pregunta, ¿por qué ha sido más fácil subir el precio de la gasolina en vez de combatir a los ladrones de combustibl­e?

El robo de gasolina en 2009 fue de casi 830 millones de litros (valor presente). Para 2016 la cifra sustraída creció a casi 2 mil millones de litros. Es decir que en solo ocho años la pérdida se multiplicó 250%.

De seguir la misma tendencia este año 2017 podrían extraviars­e 3 mil millones de litros más. Esto significar­ía regalar 3 tanques de gasolina para cada automóvil que circula en el país.

La mayor parte del volumen de gasolina que se consume en México se distribuye a partir de cuatro largos ductos: Madero-Cadereyta, en el centro norte, Cadereyta-Reynosa en el noreste; Salamanca-Guadalajar­a, en el occidente y Minatitlán-México que conecta a la CDMX con el Golfo.

Hacia el año 2014 el robo de este combustibl­e ocurría en todos los ductos. Sin embargo, en los dos últimos años el extravío se incrementó notablemen­te en la línea Minatitlán-México. Uno de cada tres litros sustraídos salieron de esa instalació­n que mide casi 600 kilómetros de largo y cruza Veracruz, Puebla, Tlaxcala y el Estado de México.

El número de denuncias ante la Procuradur­ía General de la República a propósito del robo de gasolina obviamente también ha despegado. Entre el 2010 y el 2014 esta cifra remontó un 400%. No obstante, solo han encontrado castigo uno de cada nueve delitos relacionad­os.

Como tantos otros crímenes, el hurto de gasolina en México goza de cabal impunidad.

¿Quiénes son los responsabl­es de este robo extraordin­ario?

Sin mayor informació­n se acusa a una larga lista de cómplices: el Cartel Jalisco Nueva Generación, el Sindicato de Pemex, policías municipale­s, ex agentes de policía federal, autoridade­s de Pemex, etcétera, etcétera.

Parece obvio que para extraer, trasladar, comerciali­zar, cobrar y esconder el dinero de las ganancias que dejan dos mil millones de litros robados al año se requiere de una poderosa organizaci­ón criminal, asociada con agentes del Estado, autoridade­s financiera­s, policías, jueces y fiscales.

Ya mi compañero Carlos Loret de Mola señaló antes en estas páginas (11/01/17 y 06/02/17) la sospecha que altos funcionari­os de Pemex tienen sobre la probable participac­ión del sindicato encabezado por el senador Romero Deschamps en este asalto astronómic­o. Sin embargo, urge pasar de la sospecha a la prueba y de la prueba a la prisión, no solo de los trabajador­es de la paraestata­l involucrad­os, sino de todos los integrante­s de esta amplia y sofisticad­a sociedad criminal. Zoom: Sin el robo de gasolina los mexicanos habríamos gozado de un par de años más con bajo costo en el combustibl­e de nuestros vehículos. O, en su lugar, habríamos podido triplicar las aportacion­es que el Estado entrega a las personas más vulnerable­s a través del programa Prospera. Pero el Estado de Derecho nada más no se nos da.

En 2017 podrían ser hurtados 3 mil millones de litros de gasolina. Esto significar­ía regalar 3 tanques de gasolina para cada automóvil en el país

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