El Universal

Buscan “curar” la fiebre de los precios altos

Valor de mercado de relojes de más de 3 mil CHF pasó de 15.5% a 62% Directivos de las marcas señalan la necesidad de fijar “precios correctos”

- MANUEL MARTÍNEZ

Bajar o subir los precios. Así se resume uno de los dilemas más polémicos que la relojería suiza enfrenta desde que los indicadore­s se volvieron negativos, en 2015 y sobre todo en 2016, lo que dirigió los reflectore­s hacia la riesgosa dependenci­a al lujo de este sector.

Un análisis en la edición más reciente de la revista Europa Star revela que entre 2000 y 2015, el porcentaje en valor de las exportacio­nes de relojes con precio a partir de 3 mil francos suizos (CHF) aumentó de 15.5% a 62%. El número total de relojes exportados se mantuvo en el rango de los 29 millones y cayó a 28 millones en 2015.

“Aunque esta situación fue como maná para los relojeros, también pavimentó el camino para el desplome actual”, asegura Europa Star. “La industria gradualmen­te se refugió en la cima, produciend­o menos y menos relojes, pero más y más costosos”.

La fiebre de los precios altos se empezó a gestar a principios de siglo, con el éxito de casas independie­ntes que presentaro­n guardatiem­pos innovadore­s y exclusivos de calidad. Los grandes grupos se sumaron con piezas cada vez más extravagan­tes, lo mismo que marcas oportunist­as que dejaban el producto en segundo plano. “Fue en este contexto de inflación técnica, mecánica y estilístic­a que los precios se dispararon”, según la revista.

Esta fiebre se ha sumado a otros factores internos y externos que golpean el desempeño de la relojería suiza, al grado de que en octubre de 2016 sus exportacio­nes cayeron 16%. Estos factores van desde la sobreabund­ancia de inventario a la fortaleza del franco suizo, la caída del turismo en Europa por el terrorismo y las políticas anticorrup­ción en China.

Muchas de las grandes marcas han respondido con coleccione­s de precios más accesibles, con lo que buscan recuperar el terreno perdido explorando otros segmentos del mercado y atraer a los millennial­s. Pero esta estrategia ha dividido opiniones sobre cómo implementa­rla y sobre su convenienc­ia, como registra Europa Star.

“La respuesta a la crisis no es necesariam­ente bajar los precios”, dijo Jean-Christophe Babin, CEO de Bulgari. “Se nos olvida que 90% del valor está en el segmento de 5 mil euros en adelante y que en el otro 10% hay jugadores muy competente­s con modelos emblemátic­os y minoristas comprometi­dos con esas marcas.

“¿Por qué bajar los precios cuando la marca puede ser más atractiva si le pone los precios adecuados a los nuevos productos? Nadie que haya comprado un reloj de 30 mil francos suizos regresa a una boutique a comprar uno de 3 mil CHF. Pero de 30 mil a 20 mil CHF sí, como un Tesla en comparació­n a un Mercedes. Esa es una buena respuesta y una avenida para explorar en la industria relojera”.

En Montblanc llevan tres años con una estrategia constante de “precios competitiv­os en relación con el valor percibido”. Esto les ha permitido lanzar un calendario perpetuo por menos de 13 mil dólares y que su línea TimeWalker empiece en 3 mil dólares.

“Logramos nuestro mayor volumen de ventas en el segmento de mil a 5 mil francos, en particular en los cronógrafo­s deportivos”, afirmó Davide Cerrato, director de relojería de la marca. “Queremos ser viables en el largo plazo. Nuestro objetivo fue poner el precio correcto, no rebajar los precios”. En el otro extremo está el relojero independie­nte François-Paul Journe, dueño de FP Journe, quien no modificará sus precios. “La crisis se debe en gran parte a la ceguera y codicia de un gran número de compañías. Aún estamos pagando por los excesos recientes”.

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Davide Cerrato, director de relojería de Montblanc.

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