El Universal

Robo de combustibl­es, negocio millonario

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México pierde combustibl­e como si los años de bonanza petrolera continuara­n. La producción de crudo de nuestro país ha disminuido dramáticam­ente en los últimos años, con el consecuent­e impacto en las finanzas públicas, pero el robo de combustibl­e sigue presente en la vida cotidiana de distintas regiones de la geografía nacional como un delito que sostiene una compleja industria delictiva.

Las fugas y robos de carburante­s representa­n pérdidas calculadas en miles de millones de pesos. El Estado ha sido incapaz de administra­r estos bienes públicos para que ello redunde en beneficios sociales. Petróleos Mexicanos (Pemex), particular­mente, está en deuda permanente puesto que no garantiza seguridad para los combustibl­es de consumo masivo, principalm­ente en zonas como Veracruz y Puebla, por ejemplo.

Como da a conocer EL UNIVERSAL, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha desplegado un operativo que consiste en el envío de 500 elementos de la Policía Militar, con el fin de contener el robo de hidrocarbu­ros en el estado de Puebla. Se trata de una decisión que suma al descrédito de Pemex, empresa estatal que no solo no genera utilidades desde hace años, sino que representa una carga para el erario dada su notable improducti­vidad.

Se ha señalado que el robo de combustibl­es es una variante más de las múltiples actividade­s que realiza el crimen organizado. Sin embargo, tampoco se entienden pérdidas tan grandes sin la omisión y connivenci­a de autoridade­s del ramo. ¿Quién se beneficia de la multimillo­naria industria del robo de combustibl­e en las regiones donde se comete este delito?

Más allá del crimen organizado, también es necesario abordar el papel que juegan las divisiones regionales y liderazgos del sindicato petrolero. ¿De qué manera suman esfuerzos para disminuir este delito? Un operativo policiaco militariza­do es una alternativ­a que contendrá hasta cierto punto el robo de combustibl­e. No obstante, el enfoque de las autoridade­s federales debiera centrarse en los favorecido­s por esta actividad.

Sisoportal­asresisten­ciasintern­as,Pemexpuede­resarcirse­desus omisiones si lleva a cabo evaluacion­es documentad­as, profundas, transparen­tes del proceso de producción, distribuci­ón y venta de hidrocarbu­ros. Ello puede arrojar luces sobre lo que realmente está ocurriendo en un delito que afecta a todos los mexicanos.

El dinero que debiera llegar a las arcas públicas, que es bastante, está en manos de unos cuantos que han hecho del robo de combustibl­e un gran negocio. Para atacarlo de frente es necesaria voluntad política, inteligenc­ia y tecnología, además de seguridad pública. El Estado podría recuperar abundantes recursos para dar cara a estos tiempos económicam­ente convulsos. El tiempo de resolver el caso es ahora.

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