El Universal

Tzotziles Viven en el rincón más olvidado de la patria

A34 ESTADOS

- Texto y fotos: ROSELIA CHACA

Nuevo San Andrés no existe en los registros oficiales de Chiapas ni de Oaxaca para recibir beneficios ni servicios públicos básicos; ahora, están sitiados por paramilita­res

“SNuevo San Andrés, Chimalapas aludamos a todos los asistentes en el rincón más olvidado de lapatria”, dice una manta blanca colocada en una pared de madera de la casa comunal de Nuevo San Andrés, una localidad pertenecie­nte a la agencia de Santa María Chimalapa. Se trata de un paraje de aproximada­mente 480 hectáreas ubicado dentro de una área en conflicto agrario entre Oaxaca y Chiapas.

La manta es un recordator­io del sentir de este pueblo chiapaneco que en 2015 reconoció ocupar tierras comunales de Oaxaca. Aquí viven familias tzotziles, quienes acusan el abandono por parte del gobierno federal y estatal.

Para llegar a Nuevo San Andrés es necesario hacer un recorrido en vehículo de una hora y media en un camino terracero y enmontado. Se atraviesa la zona más devastada del territorio Chimalapa. Los rastros de los daños están por todos lados: ganadería, explotació­n forestal, invasores y chiapaneco­s. El visitante tiene por fuerza que cruzar las tierras de Cintalapa, Chiapas, camino enemigo para todo comunero zoque-chimalapa. El riesgo es alto, puede ser atacado por pistoleros del grupo paramilita­r Ejército Chamula, que busca recuperar los 480 hectáreas de tierra que controlan los habitantes de esta olvidada población de tzotziles chiapaneco­s. Nace un territorio Nuevo San Andrés nació por un conflicto en la tenencia de la tierra como resultado de un enfrentami­ento histórico en la frontera entre Oaxaca y Chiapas. En 2008 autoridade­s del municipio de Cintalapa intentaron deslindars­e de Nuevo San Andrés y entregar la zona a particular­es con el argumento de que era terrenos “nacionales”. Se trataba de un plan para seguir avanzando en la invasión al territorio de los Chimalapas en Oaxaca, pues las tierras están dentro del polígono de Santa María Chimalapa.

A finales de 2010, el municipio chiapaneco de Cintalapa, mediante el líder Elías Hernández Hernández, convocó a indígenas tzotziles de Los Altos de Chiapas, específica­mente de San Andrés Larráinzar, para invadir terrenos oaxaqueños y formar un nuevo asentamien­to que bautizaron como Nuevo San Andrés. El municipio de Cintalapa entregó una constancia de posesión a nombre de Elías Hernández, mediante el cual reconoce la posesión de 680 hectáreas de la invasión. Entonces Hernández entregó porciones de terrenos a indígenas tzotziles e inició con las gestiones ante dependenci­as federales agrarias para la regulariza­ción y reconocimi­ento de las tierras ocupadas. Un pequeño llano Desde hace 10 años, alrededor de 100 personas de 20 familias tzotziles provenient­es de los Altos de Chiapas integran la comunidad de Nuevo

FAMILIAS

tzotziles viven en Nuevo San Andrés, un territorio que fue reconocido como agencia de Santa María Chimalapa, Oaxaca. San Andrés. Las casas están dispersas por un pequeño llano. El pueblo está rodeado de cerros ya pelones, deforestad­os.

La comunidad posee un aula de primaria recién construida, la única de concreto; el resto es de madera. Durante mucho tiempo los niños no tuvieron acceso a la educación. No poseen una tienda comunitari­a, ni una clínica de salud. Tienen energía eléctrica, pero el agua la acarrean desde un río que rodeo la población. Prácticame­nte Nuevo San Andrés no existe en los registros oficiales para recibir beneficios de los servicios públicos básicos, ni en los de Oaxaca ni en los de Chiapas.

“Estamos prácticame­nte abandonado­s por el gobierno estatal y federal. No tenemos acceso a salud, los niños están enfermos, no tenemos ni una pastilla. No recibimos ni una despensa del gobierno. Apenas nos dieron educación y ahora se complica porque nos tienen amenazados y más de 15 días casi no salimos por miedo a ser atacados otra vez. Se está agotando los productos básicos, porque tenemos que bajar hasta Cintalapa, que es el pueblo más cercano para ir por víveres, pero con las amenazas, ya ni bajamos; aquí estamos casi secuestrad­os”, explica Ramiro Luis Pérez, agente municipal.

Aquí se vive amenazado y con el temor de ser atacado por el Ejército Chamula. Vivir secuestrad­os Desde el 24 de febrero, los tzotziles de esta comunidad no pueden salir. Ese día, nueve habitantes de la comunidad fueron atacados por integrante­s del Ejército Chamula cuando regresaban de conseguir víveres en Cintalapa. El grupo armado es dirigido supuestame­nte por el chiapaneco Miguel López. Las amenazas son concretas: los tzotziles serán arrasados un día y Chiapas recuperará el territorio en pugna.

La petición, explican, no es mucha. Exigen que el gobierno federal y estatal les brinde seguridad con un destacamen­to militar y de policías estatales, pero sólo han obtenido silencio. “No nos mandan seguridad, por más que ya denunciamo­s el ataque que sufrimos. Yo fui uno de los atacados, ese día no pude escapar y me golpearon, me amarraron y me arrastraro­n por el camino y me tuvieron secuestrad­o, me amenazaron de que me matarían si no me voy del pueblo, que matarán a todos”, narra Lorenzo Gómez, secretario municipal.

Lorenzo se pregunta una y otra vez cómo va irse de una tierra que compró hace ocho años por 15 mil pesos. “Nos engañaron, nos dijeron que no eran de nadie y caímos”, cuenta todavía con heridas en el rostro.

Para las mujeres del pueblo la situación puede agravarse más. Así se lo expresaron a los integrante­s de la Caravana de Observació­n Civil y Solidarida­d con Nuevo San Andrés, que arribó el sábado 18 de marzo a la comunidad. Angustiada­s, al menos 50 mujeres contaron sobre el miedo que tienen de que un día sean atacados en su propia comunidad; además, expresaron su preocupaci­ón por la falta de víveres y la situación de dos embarazas y más de una docena de niños enfermos que requieren atención médica, a la cual no han tenido acceso por que su comunidad está sitiada. Ejército Chamula La situación que vive Nuevo San Andrés puede rastrearse hasta principios de 2015, cuando llegó a la comunidad Miguel López López, un tzotzil originario de San Andrés Larráinzar. Venía acompañado con personas vinculadas al grupo paramilita­r que se hace llamar Ejército Chamula; de forma violenta, expulsa del territorio al antiguo líder, Elías Hernández, y toma el control del asentamien­to.

Miguel López invita a más indígenas de Los Altos de Chiapas a ocupar terrenos dentro de Nuevo San Andrés y cobra un pago de ingreso de 15 mil pesos; los terrenos de 30 hectáreas son vendidos entre 40 mil a 100 mil pesos. Luego, presiona a los habitantes del asentamien­to a realizar actos delictivos contra los ranchos y poblados que colindan. Lo más grave fue el robo y lesiones a los dueños del rancho El Tule, en Cintalapa, Chiapas, acción que la mayoría de los pobladores de Nuevo San Andrés reprobó.

Por esos hechos, una asamblea de la comunidad expulsó del asentamien­to a Miguel López y a sus seguidores —unas cinco familias— y nombraron como nuevo representa­nte a Ramiro Ruiz Pérez. Miguel López y sus seguidores se refugiaron en Cintalapa, pero por los delitos cometidos en el El Tule, fueron detenidos gracias a la presión realizada por los dueños del rancho y por la gente que se quedó en Nuevo San Andrés.

Sin el líder, los pobladores de Nuevo San Andrés se abrieron al diálogo con los pobladores de las localidade­s de José López Portillo y de Río Frío, pertenecie­ntes a Santa María Chimalapa en Oaxaca. Así, la comunidad reconoció que vive dentro de terrenos de Los Chimalapas.

A finales de 2015 el municipio de Santa María reconoció el asentamien­to de Nuevo San Andrés como su localidad, por ello, los tzotziles chiapaneco­s fueron citados, regañados, presionado­s y hostigados por funcionari­os del gobierno de Chiapas y Cintalapa.

“No nos mandan seguridad, por más que denunciamo­s el ataque que sufrimos. Yo fui uno de los agredidos, no pude escapar y me golpearon, me amarraron y me arrastraro­n por el camino” LORENZO GÓMEZ Secretario municipal

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Desde el 24 de febrero pasado los habitantes de Nuevo San Andrés no pueden salir; el grupo paramilita­r llamado Ejército Chamula atacó a varios vecinos cuando éstos regresaban de Cintalapa. Amenazan con que los tzotziles serán arrasados un día y las...

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