La música: elemento que une todo
La musica en un proyecto de videojuegos, independientemente del género del mismo, es uno de los elementos importantes que cualquier desarrollador debe considerar, ya que es una de las partes que une todo lo programado y dibujado, para dar armonía. “La música tiene que generar endorfinas, adicción. Ganas de jugarlo. Es la cereza del postre para el trabajo tan grande de los participantes del equipo. Este factor es definitivo para el éxito. Para que el público se enganche con el título, la música también tiene que engancharlo”, comenta Ariel Sayán, músico y compositor argentino de música de 8 bits. Se pueden contratar compositores especializados, todo depende del presupuesto del equipo, aunque también es viable comprar melodías ya hechas y solo adaptarlas a cada escena que se necesite, algunos juegos tienen entre 10 y 50 canciones, en pequeñas producciones van de las ocho hasta las 12 canciones. Una de las recomendaciones de Sayán es indagar y conocer a los músicos japoneses que iniciaron con toda la ola de juegos de culto, para así entender cómo lograr integrar una melodía en ciertas escenas. “También se debe pensar en no solo hacer música a estilos de otros países, se puede hacer una combinación con ritmos latinos, que son muy vivos y generan alegría, pero sobre todo esa adicción y diversión en los jugadores”, agrega el artista. Algunas recomendaciones realizadas por expertos en la industria, es el ver a la música y el videojuego como una película que tú protagonizas, en donde cada melodía te genera una emoción, desde miedo hasta llanto. “Muchos amigos e incluso compositores importantes siempre argumentan que hacer música de videojuegos es lo más difícil del mundo, por todo lo que tienes que hacer que coincida. Esto incluye el pensar todas las posibilidades que pueden darse a lo largo del juego”, comenta Quesnel. Antes de finalizar cada etapa, siempre se debe dedicar una parte para hacer pruebas, si existe algún error, o incluso un bug que no permita continuar al usuario. Por otro lado, se debe abrir un periodo de pruebas o “fase beta”, en donde se inviten a diversos jugadores de diferentes edades para que lo prueben, y así determinar a qué público podría gustarle más, aunque haya sido diseñado para un sector en específico. También sirve para afinar detalles técnicos y dejar listo el juego.