El Universal

Esperan llegada de cuerpo de Jonathan

Niño asesinado en California había sobrevivid­o a dos cirugías de corazón Proceso.

- GILBERTO LASTRA Correspons­al

DURANGO

Durango.— Jonathan Martínez, el niño de ocho años de origen mexicano que fue asesinado en el tiroteo del lunes en una escuela de San Bernardino, California, había sobrevivid­o a dos cirugías del corazón, pues padecía Síndrome de Williams, un trastorno de tipo genético que provoca problemas cardiovasc­ulares.

Su cuerpo será repatriado —en un lapso no mayor a dos semanas— a José Refugio Salcido, una comunidad en el municipio de Durango que no pasa de 10 calles ni de mil 200 habitantes.

Aquí los pobladores se ven obligados a migrar a Estados Unidos para buscar mayores oportunida­des, tal como lo hicieron, hace cinco años, los padres de Jonathan.

Allá, el niño vivía con sus dos padres y cursaba el segundo grado de educación básica en una escuela particular especializ­ada en medio ambiente, denominada Magnet. Ahí tomaba clases con otros niños y adolescent­es de hasta 14 años. Largo pesar. La familia recuerda a Jonathan como un niño cariñoso, pero en la casa familiar hay un pesar que casi se toca.

En la estancia hay dos niñas pequeñas sin jugar, mientras la abuela del niño muerto mueve la cortina que divide los cuartos de la sala.

La mujer, de casi 70 años, cuenta que Jonathan soñaba con ser profesioni­sta, por eso estudiaba en Estados Unidos, en la misma escuela a la que acudió hasta el día del tiroteo que le costó la vida.

Los vecinos de la familia preguntan cuánto tiempo tardará en llegar el cuerpo de Jonathan. “Dos semanas”, les responden. Se sorprenden, porque hace no más de un año otro familiar murió en Estados Unidos y el proceso de repatriaci­ón fue mucho más largo.

En la polvorient­a primavera de Durango, los pobladores de Refugio Salcido dicen que es necesario detener tanta muerte, que nunca pensaron que pasaría algo así. Autoridade­s prevén que los restos del niño lleguen a la comunidad José Refugio Salcido en 2 semanas.

AÑOS

tenía Jonathan; cursaba segundo año de educación básica en la escuela Magnet, especializ­ada en medio ambiente. Los trámites. La directora de Atención a Migrantes y Asuntos Internacio­nales, Lorenia Iveth Valles Sampedro, comentó que el primer contacto de la familia fue con las autoridade­s mexicanas consulares en San Bernardino.

Luego, el gobernador José Rosas Aispuro Torres se comunicó con el cónsul para facilitar el apoyo a la familia, y se le ofreció al padres de Jonathan, Alfredo Martínez, la ayuda para transporta­r los restos del menor hasta su comunidad.

El proceso de repatriaci­ón del cuerpo iniciará cuando el consulado mexicano en California concluya con los trámites. Esa instancia se hará responsabl­e del traslado de los restos hasta la frontera entre México y Estados Unidos. De ahí, los gastos serán cubiertos por el gobierno del estado de Durango.

Lorenia Valles aclaró que la tardanza en la liberación y transporte del cuerpo se debe a la normativid­ad vigente en Estados Unidos. En casos como éste, comenta, el tiempo suele prolongars­e.

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