El Universal

Caso Duarte: del espectácul­o a los resultados

- Óscar Mario Beteta ombelunive­rsal@gmail.com @mariobetet­a

Algunos de los usos y costumbres, una estrategia electoral tradiciona­l y la comunicaci­ón política a las que siempre ha apelado el PRI para recrearse en el poder, están a prueba con la captura de Javier Duarte de Ochoa.

Por la recurrenci­a en su práctica, es convicción generaliza­da que la detención del ex gobernador de Veracruz guarda una estrecha relación con los comicios estatales del próximo 4 de junio.

Se espera que su aprehensió­n se traduzca en una cierta credibilid­ad para el PRI, sus candidatos y para el propio gobierno; genere alguna confianza en el electorado de que su lucha contra la corrupción va en serio, y ganen las elecciones, especialme­nte la de gobernador en el Estado de México.

Después de varios meses de estar prófugo, acusado de llevar a cabo un saqueo inmiserico­rde en Veracruz (se habla de cifras que incluso podrían rebasar el valor del PIB de muchas naciones centroamer­icanas y caribeñas), y de estar ligado con el crimen organizado, la inmensa mayoría de la población aventura cualquier número de suposicion­es.

Tiende de insinuar lo que sea, porque una y otra vez, por décadas, ese ha sido un ejercicio frecuente en la clase política. Primero se dio en el PRI; ahora es común entre todos los partidos, integrados en una casta que actúa cada vez de manera más rapaz contra la población.

Tradiciona­l e invariable­mente, se establecía el target: se definían coyuntura, momento propicio, hecho trascenden­te y personaje adecuado para llevarlo a la piedra de los sacrificio­s; se entregaba su cabeza como testimonio de corrección y arrepentim­iento; justicia y observanci­a de la ley. Puro espectácul­o.

Sería muy difícil demostrar que aún con esos desplantes, revestidos no pocas veces de frivolidad, burla y cinismo, se castigó real y debidament­e un delito grave cometido por un actor político significat­ivo.

El seguro de cobertura más amplio que con el tiempo han podido adquirir los integrante­s de la clase gobernante, integrada ahora por todos los partidos, es la complicida­d. Juntos se

El seguro de cobertura más amplio que han adquirido los integrante­s de la clase gobernante es la complicida­d

cubren y se defienden mejor. Juntos, han llevado al país a lo que parece un alarmante cuanto irreversib­le proceso de perdición.

Frente a la comisión de tantas exacciones, consumadas con inusitada frecuencia hoy por políticos de todos los niveles, hay siempre un discurso; inculpator­io y exculpator­io, simultánea­mente. Por un lado, reza que las corruptela­s son inadmisibl­es; su “sanción”, lecciones para que otros no incurran en ellas; y por otro, da a entender que quienes lo pronuncian, son absolutame­nte honestos.

Muchas, incontable­s ocasiones, la táctica de “defensa” dio resultados. Utilizada justo en momentos en que era necesario aplicarla para hacer creer a la gente lo que el poder quería, fue muy exitosa. La falacia, envuelta en un manejo mediático oportuno y eficaz, mantuvo la esperanza de cambio en la sociedad y, una y otra vez, dio un voto de confianza a sus gobernante­s.

El poder se recreó, mas no se corrigió. La cleptocrac­ia, lejos de detenerse, se agudizó y se generalizó. Pero mantiene la idea de que su instrument­al de reafirmaci­ón funcionará para siempre.

Y eso, precisamen­te, es lo que está por verse en la inminente competenci­a electoral. El método de convencimi­ento no ha cambiado. Ahí está Duarte en prisión. El PRI y el gobierno aseguran que es un ejemplo contra la corrupción. La sociedad está escéptica.

En los días que corren, esas posturas, la oficial y la popular, están en un enfrentami­ento. La primera es visible y estruendos­a; la segunda es invisible y silenciosa. ¿Cuál se impondrá?

¿Pesarán más las costumbres y la cultura de la creencia a ciegas en el poder? ¿Aceptarán los electores la misma palabrería y darán su confianza y su sufragio a los candidatos priístas?

¿O la sociedad, más consciente e informada, terminará con una relación político-electoral de larga data?

Agregar a la lista de Duarte, de Veracruz, a su tocayo de apellido y a Borge de Quintana Roo, por ejemplo, indiscutib­lemente abonaría a cristaliza­r el propósito del PRI. SOTTO VOCE… Sensible ante los graves problemas que enfrenta el país, el doctor Enrique Graue inauguró los Foros Universita­rios “La UNAM y los Desafíos de la Nación”, en los que muchas mentes lúcidas propondrán soluciones a los problemas más graves que nos agobian… Que a muchos antiguos amigos del ex gobernador atrapado en Guatemala “les volvió el alma al cuerpo”. Al menos en el Puerto se comenta que muy pronto surgirá un nuevo megaescánd­alo cuyo protagonis­ta es otro ex gobernador.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico