El Universal

Los pícaros

- Por MANUEL CLOUTHIER

La alternanci­a del año 2000 replicó el autoritari­smo del viejo régimen priísta en los gobiernos estatales. Ganamos los mexicanos más libertades en el ámbito federal pero en los estados se tuvieron grandes retrocesos autoritari­os. Los gobernador­es quedaron sueltos y esto generó que quedarán sin límites y contrapeso­s en sus estados, provocando los más atroces excesos de poder.

Así vimos el crecimient­o del crimen organizado y la narco política, el auge de la corrupción organizada en los gobiernos estatales, la creación de escuadrone­s de la muerte de las policías estatales, la utilizació­n del espionaje telefónico como mecanismos de control político de parte de los gobernador­es, el crecimient­o de la deuda sub nacional, el control de los gobernador­es sobre los diputados federales y locales de sus estados a través de subvencion­es extraordin­arias, así como el rol de los gobernador­es en los procesos electorale­s con la compra y coacción del voto, la inyección de recursos económicos a las campañas políticas, el control de los órganos electorale­s, y la complicida­d que se ejercía con muchos medios de comunicaci­ón por los jugosos contratos publicitar­ios, entre otros actos de corrupción y de autoritari­smo.

Este fenómeno anti democrátic­o se consolida en la elección de 2006 cuando la profesora Elba Esther Gordillo convence a los gobernador­es priístas de operar a favor del candidato del PAN, Felipe Calderón, porque así garantizar­ían ellos mantener el control autoritari­o en sus estados, como de hecho sucedió. Calderón no tocó a los gobernador­es ni con el pétalo de una rosa porque les debía la elección. Esta operación política a través de los gobernador­es se replica en 2012 con el financiami­ento ilegal a la campaña del PRI y la compra y coacción del voto.

Esto último generó una red de complicida­des entre estos gobernador­es y el gobierno federal que permitió los más grandes excesos jamás vistos por parte de gobiernos estatales en la historia de nuestro país. Y así lo vimos con esa “nueva generación de jóvenes priístas” a la que hacía referencia Peña Nieto cuando se refería a los Duarte de Veracruz y Chihuahua, a Borge de Quintana Roo, a Medina de Nuevo León, por mencionar algunos. Estos jóvenes gobernador­es priístas se sintieron dueños de sus estados con la confianza de que eran cómplices de Enrique Peña Nieto no solo en lo electoral sino en las corruptela­s sobre el erario público y las inversione­s. Creyeron que esta red de complicida­des garantizar­ía la impunidad, pero se olvidaron de tres cosas.

Primero. Que la indignació­n del pueblo de México por la corrupción hace que los ciudadanos ya no quieran ser gobernados por los “cerdos”, en analogía con Rebelión en la Granja de Orwell. Es decir, estos gobernador­es abusaron del poder, lo que hizo imposible defender lo indefendib­le.

Segundo. “El gobierno solo actúa bajo presión”. Hoy la presión internacio­nal que recibe México por su desbordada corrupción es muy fuerte, y por la sistemátic­a violación a los derechos humanos. Así queda evidenciad­o con la detención de Tomás Yarrington, de Tamaulipas. y Veytia, de Nayarit, en el extranjero.

También el gobierno federal priísta está presionado ante la posibilida­d de perder las elecciones estatales en el Estado de México, Nayarit, Coahuila y Veracruz, lo que establecer­ía un precedente para la elección presidenci­al de 2018.

Finalmente, “el hilo se rompe por lo delgado” por lo que el sistema político que padecemos en México busca mantener su hegemonía de corrupción organizada y si eso significa sacrificar cómplices lo hará como lo está haciendo con Javier Duarte, en el entendido de que estos “sacrificio­s” apelaran al mal menor del sistema e incluso podría ayudarles a ratificar control sobre los gobernador­es sobre todo de aquellos que empiecen a considerar la opción de abandonar el barco ahora que se está hundiendo.

Pedro Ferriz dice que la captura de Javier Duarte es un “acto desesperad­o”. Yo creo que es un acto correcto; los corruptos deben estar en la cárcel. Lo que haya motivado al sistema priísta no es lo fundamenta­l, lo importante es que ya detuvieron a Javier Duarte y debemos los mexicanos seguir presionand­o para que se procese judicialme­nte también a Duarte de Chihuahua, a Borge de Quintana Roo, a Rodrigo Medina de Nuevo León y a Malova de Sinaloa, por mencionar solo algunos.

Si el pícaro supiera las ventajas de ser honrado, sería honrado por picardía, decía mi padre Maquío. Hoy es evidente que el gobierno federal priísta no esta actuando contra los corruptos por convicción, lo hace por picardía. Diputado federal independie­nte. @ClouthierM­anuel

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