El Universal

DECOMISAN MÁS ARMAS CORTAS QUE LARGAS

Informe de la PGR revela que sólo 11% de las incautacio­nes de los últimos 16 años correspond­e a armas de grueso calibre y rifles de asalto que son usados principalm­ente por grupos del crimen organizado.

- Texto: ALEJANDRO MELGOZA Y LAURA BARRIOS Infografía: FERMÍN GARCÍA PERIODISMO DE INVESTIGAC­IÓN

Informe de la PGR revela que sólo 11% de las incautacio­nes de los últimos 16 años correspond­e a armas de grueso calibre y rifles de asalto

La llamada guerra contra el narco, declarada por el ex presidente Felipe Calderón, acumuló miles de homicidios dolosos, producto de un ataque frontal a los cárteles de la droga. Sin embargo, capos y sicarios de esas organizaci­ones criminales no resultaron afectados cuantitati­vamente durante su administra­ción, tampoco en lo que va de la de su sucesor, el presidente Enrique Peña Nieto.

En ese contexto, los rifles de asalto como AR-15, AK-47, M-16 y otros calibres potentes como Barret calibre .50 (antiaérea), así como granadas, sólo representa­n 11.1% de los decomisos desde hace 16 años, según registros de la Procuradur­ía General de la República (PGR), en oficios obtenidos por EL UNIVERSAL vía Ley de Transparen­cia.

En el periodo 2000-2016 los aseguramie­ntos de armas largas correspond­en sólo 22.3%; es decir, 44 mil 948, frente a los 201 mil registros. No obstante, sólo 11.1% correspond­en a los de alto calibre que ocupa habitualme­nte el crimen organizado, de acuerdo con el folio de respuesta a la solicitud de informació­n de este diario, 0001700296­916, de la PGR.

Francisco Rivas, director del Observator­io Nacional Ciudadano, considera que no se puede asegurar si hubo un relajamien­to en los decomisos en los años recientes, pero destaca: “Lo que parece es que no hay una estrategia de combate. Debería haber acciones que traten de retirar las armas de calibre pesado a la delincuenc­ia. Hay estrategia­s, pero no efectivas”.

A pesar de que aparecen numerosos registros de armas largas, se trata de rifles de caza y escopetas. Sólo 22 mil 379 armas son de alto calibre. Por ejemplo: 11 mil 232 distintos calibres de balas para cuernos de chivos; todo lo demás aparece en menores proporcion­es: 25 ejemplares calibre .50, cuatro AR-15 y una M-16.

La Ciudad de México ocupa el primer lugar en armas largas, le siguen Michoacán y Tamaulipas, entidad que en granadas y cartuchos de balas ocupa la segunda posición.

El informe Tráfico de armas. Entorno, propuestas legislativ­as y opinión pública, del Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública, publicado en 2014, señala que las organizaci­ones mejor armadas son, por orden de relevancia: Los Zetas, Cártel del Golfo, los Beltrán Leyva, Cártel de Sinaloa, los Arellano Félix, entre otros. 2016: más violencia, menos decomisos Miles de armas de fuego de todos los calibres inundaron el país en los últimos tres sexenios. Se traficaron vía aérea o terrestre.

Los usos son diversos en la actualidad, entre ellos: criminales involucrad­os en robos, cárteles haciendo frente a las autoridade­s, ciudadanos frente a hampones o peleas entre civiles. Y mientras el flujo de las armas continúa por las fronteras desde Estados Unidos, durante los primeros cuatro años de la administra­ción del presidente Enrique Peña Nieto, los decomisos de armas ilegales (cortas, largas y granadas) descendier­on 80.2% en comparació­n con el mismo lapso del gobierno del ex presidente Felipe Calderón. Es decir, poco más de 25 mil frente a las más de 146 mil desde que inició la llamada guerra contra el narco.

El año pasado fue el que tuvo menos aseguramie­ntos de este tipo desde 2001, de acuerdo con informació­n obtenida vía Ley de Transparen­cia, en la respuesta de la Procuradur­ía General de la República (PGR) número 0001700296­916. Los tres primeros lugares del pódium son ocupados por la Ciudad de México, Baja California y Jalisco.

Al mismo tiempo, de acuerdo con el Secretaria­do Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 2016 fue el año más violento —en lo que va de este sexenio—, con 12 mil 806 denuncias al Ministerio Público en todo el país por homicidio doloso con arma de fuego, además de 6 mil 709 lesiones intenciona­das producto de impacto de bala.

Francisco Rivas, director del Observator­io Nacional Ciudadano (ONC), explica que el crecimient­o de la violencia tiene que ver con este tráfico, pero se habla de otras constantes también: “Son varios factores, no sólo es el tráfico de armas, que sí tiene un papel importante. En el ONC hemos insistido en que no hay una eficiencia a la hora de establecer políticas públicas que atiendan el problema de fondo”.

“México es un punto geográfico estratégic­o: nuestro país tiene de vecino a un gran productor de armas y nosotros tenemos un mercado muy apetecible encabezado por el crimen organizado. No sólo es tráfico de drogas, también son las armas”, señaló la diputada del Partido Acción Nacional (PAN), Claudia Sánchez Juárez, integrante de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, quien afirma que un problema medular es la omisión de los tres órdenes de gobierno. Decomisos y homicidios dolosos Desde 2009 los operativos para decomiso de armas tuvieron un incremento abrupto, ello en gran parte por la guerra contra el crimen que el entonces presidente Felipe Calderón comenzó. Ese año fue en el que más armamento se confiscó, cerca de 98 mil 432 piezas; es decir, 48.9% del total de los últimos 16 años. Desde el año 2000 han asegurado más de 201 mil armas, de las cuales 21.9% son largas, 35.9% cortas, 2.9% granadas y el resto no está especifica­do.

El oficio detalla que las pistolas de calibre .22 son las más traficadas, con 11 mil 581 en 16 años. Le siguen las armas tipo carabina y rifles de tiro y caza .22 long, con 8 mil 919 piezas. En tercer lugar se vuelven a situar las armas cortas calibre 9 mm, con 6 mil 916.

Durante estos cuatro años de la actual administra­ción se han retirado 14 mil 16 armas cortas, 11 mil 86 de alto calibre y 242 no especifica­das. En el mismo lapso, pero de la gestión de Calderón, se decomisaro­n 146 mil 52 piezas. Es decir, descendier­on los decomisos al mismo tiempo que se elevó la violencia cometida con armas de uso exclusivo del Ejército.

De acuerdo con la Secretaría de Gobernació­n (Segob), el incremento de homicidios de 2015 a 2016 ha sido alarmante: de 17 mil 34 subieron a 20 mil 789, situándolo como el tercer año más agresivo, sólo detrás de 2011, con 22 mil 852 casos, y 2012, con 21 mil 736.

Del armamento decomisado hace 12 meses, según el SSNSP, casi 2 mil armas cortas y largas fueron relacionad­as con delitos como el narcotráfi­co y la delincuenc­ia organizada.

El especialis­ta Francisco Rivas afirma que aunque se trate de un tema que es en gran parte responsabi­lidad del gobierno federal, la importanci­a que se aplica correspond­e directamen­te a los calibres de los equipos decomisado­s, ya que cuando se trata de calibres cortos se vuelve más de importanci­a local y pierde fuerza al momento de trazar las campañas de desarme al crimen organizado: “Existen campañas de desarme, pero en realidad están dirigidas a gente que no va a cometer delitos, muchas de las armas que entregan son armas que incluso no sirven”.

La diputada Claudia Sánchez señala que “muchas autoridade­s locales se escudan en una serie de resquicios jurídicos para no intervenir en el tema de delincuenc­ia organizada”. Radiografí­a De 2000 a 2016 la Ciudad de México se posicionó en el primer lugar de decomiso de armas, con 100 mil 610, entre cortas y largas. Le siguen Baja California, con 8 mil 348, y enseguida Jalisco, con 7 mil 456.

Después aparecen, por orden de importanci­a, Michoacán, Guerrero, Sonora, Sinaloa y Tamaulipas. Todos ellos con incidencia delictiva alta.

Las entidades que registraro­n menos de mil ejemplares fueron Baja California Sur, Yucatán, Quintana Roo, Campeche y Tabasco.

“Podemos tomar algunos casos que se considerar­on de ‘éxito’ como Baja California, Chihuahua, Nuevo León: entidades que redujeron de manera sustantiva sus índices de delitos, pero en el último año han crecido. Esa sensación de que las cosas se habían resuelto en zonas del país quedó atrás”, explica Rivas.

En este contexto, afirma el especialis­ta, hay dos vertientes: la primera obedece al decomiso a la hora de traficar las armas y la segunda al levantamie­nto de armamento al momento de comerciali­zarlas ilegalment­e.

“Combatir el comercio ilegal significa que tú sabes que entraron armas ilegales al país e incluso sabes dónde se comerciali­zan.

“Los decomisos fronterizo­s tienen que ver con el ingreso al país y las posibilida­des de la misma estructura que permite evitar. No se ven acciones para combatir las que ya entraron al país”, señala el director del Observator­io Nacional Ciudadano.

Rivas va más allá y considera que debería haber una responsabi­lidad compartida entre México y el vecino del norte: “Estados Unidos debería tener una correspons­abilidad en el tema, no sé si exista... tampoco si tenga un real interés por ella”.

“Lo que parece es que no hay una estrategia de combate. Debería haber acciones que traten de retirar las armas de calibre pesado a la delincuenc­ia. Hay estrategia­s, pero no efectivas” FRANCISCO RIVAS Director del Observator­io Nacional Ciudadano

 ??  ?? En un operativo de desarme realizado en Veracruz en 2012, la Secretaría de la Defensa Nacional decomisó cerca de 354 cartuchos de diversos calibres. Desde 2009 los operativos para decomiso de armas tuvieron un incremento abrupto, debido en gran parte a...
En un operativo de desarme realizado en Veracruz en 2012, la Secretaría de la Defensa Nacional decomisó cerca de 354 cartuchos de diversos calibres. Desde 2009 los operativos para decomiso de armas tuvieron un incremento abrupto, debido en gran parte a...

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico