Ya estoy de vuelta en mi México lindo. Llegué directo a la blanca Mérida a pasar unos días con mi familia. Siempre es nostálgico volver, pero se siente bien regresar a la rutina. El sábado pasado les platiqué sobre mis primeras impresiones de la semana de
Conocí a Guo Pei hace aproximadamente dos años. En ese entonces viajé a París con M.A.C para asistir a la presentación de la colección Edición Especial de Giambattista Valli y a entrevistar a la diseñadora japonesa Guo Pei, quien también lanzaría una colección cápsula con la marca de cosméticos.
En esta oportunidad, estuve de nuevo en el backstage de ambos diseñadores y de la mano de M.A.C Cosmetics, donde pude apreciar sus shows. Guo Pei saltó a la fama por el controversial vestido que Rihanna portó en la MET Gala de hace dos años, millones de memes y críticas tanto positivas como negativas se realizaron alrededor de dicho ensamble.
El más famoso era en el que se le asemejaba a un omelette ¿lo recuerdan? Pues, dicho vestido era de la diseñadora Pei, y aunque su trayectoria es larga y reconocida en el mercado oriental, este statement de Riri provocó que todos voltearan la mirada hacia la marca en un plano mundial.
No les puedo explicar lo mágico que fue estar tras bambalinas para esta edición. El venue fue en el Hotel Salomon de Rothschild: es divino y tiene amplios ventanales que hace que todo luzca como un sueño.
Las modelos enfundadas como princesas modernas de porcelana, portaban creaciones finamente estructuradas, con bordados elegantes en una paleta muy llamativa (si quieren ver los detalles pueden visitar mi cuenta de Instagram, hay un video súper lindo de esta experiencia).
Podría tratarse de un cuento de hadas moderno en donde a paso lento y elegante una tras otra las maniquíes bailaban sobre la pasarela, y vaya que hay que darles crédito porque la diseñadora también es conocida por elaborar zapatos bastante altos y complicados de dominar.
En sillas doradas y en un clima totalmente parisino los invitados apreciamos este despliegue de Alta Costura. A la salida me sorprendió la cantidad de clientes que asistieron a la presentación, la mayoría de origen oriental y portando las costosas creaciones de la marca. Creo que debemos aprender un poco del nacionalismo que se refleja, y el apoyo a la industria, la solidaridad con nuestro talento y la promoción de las cosas maravillosas que se hacen en nuestro país.
Así casi termina mi aventura en esta semana en París; sin embargo, les adelanto que el próximo sábado les contaré de cuánto me divertí en la fiesta de Dior y lo grandiosa que está la exposición que celebra los 70 años de la marca. Espero sus comentarios en redes sociales. Con cariño, Gina.