El Universal

“Analizo ir de manera independie­nte; no pude con nomenklatu­ra de Morena”

Dice que desde hace 7 semanas no tiene contacto con AMLO

- DIANA VILLAVICEN­CIO Y JOEL RUIZ —metropoli@eluniversa­l.com.mx

Los momentos más difíciles que vive el delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, pasan por el distanciam­iento con Andrés Manuel López Obrador, con quien desde hace seis semanas no tiene contacto, y porque, afirma, no pudo vencer a la nomenklatu­ra de Morena que lo bloqueó e impulsó a Claudia Sheinbaum a la candidatur­a a la jefatura de Gobierno.

Sin embargo, desliza a EL UNIVERSAL la posibilida­d de continuar en la contienda solo o con otro partido. “Esa y otras opciones más tenemos sobre la mesa que estamos analizando; la gente lo decidirá”.

Advierte de otro proceso difícil, la definición de candidatur­as en la que su gente podría quedar fuera.

Ricardo Monreal Ávila se acomoda en la silla de plástico frente a su escritorio en la jefatura delegacion­al en Cuauhtémoc. Se ve agotado, estresado y sin una definición clara de su futuro político inmediato, aunque desliza la posibilida­d de seguir en la contienda por la jefatura de Gobierno ya sea solo o con otro partido. “Esa y otras opciones más tenemos sobre la mesa que estamos analizando”, dice.

El político zacatecano que asegura ser un hombre de fe, y así lo deja en claro el Santo Niño de Atocha que adorna el lugar, dice que no está peleado con Andrés Manuel López Obrador, presidente Nacional de Morena, pero lleva más de dos meses de no entablar conversaci­ón con él, ni en los momentos más críticos que se han vivido tras perder en la encuesta realizada la semana pasada.

Pero ello lo achaca a la nomenklatu­ra del partido que actuó en su contra y a favor de Claudia Sheinbaum, aunque él evita decir su nombre. Tras reiterar que vive los momentos más difíciles de su vida, advierte que este ataque aún no termina porque viene la definición de las candidatur­as a alcaldes y diputados locales, en los que advierte que habrá una cargada contra sus compañeros que podrían correr la misma suerte que él.

El también fundador de Morena y “socio” de Andrés Manuel López Obrador en la construcci­ón del proyecto de nación, dice a EL UNIVERSAL que en estos momentos se “encuentra” en las canciones de Gardel y Juan Gabriel. “Por un lado parece que 20 años no es nada [en relación al tiempo que lleva en el partido] y, por otro, qué necesidad de seguir”.

¿Cómo está después de esos resultados de la encuesta?

—Estamos bien y de buenas; yo soy gente de bien, al final del camino se acomodan las cosas cuando actúas de buena fe y creo que finalmente se van a dilucidar estos entuertos, se van a enderezar y segurament­e saldrá a flote la verdad. Estamos situados en un embrollo, por la falta de transparen­cia, por la opacidad, por la parcialida­d y se juega mucho en este proceso que con un acto de voluntad se puede resolver, de autocrític­a seria.

¿Quién no actuó de buena fe?

—No sé quién lo haya hecho, quién actuó parcialmen­te, siento que toda la nomenklatu­ra estuvo caminando en favor de una preferida…

¿Dados cargados?

—No lo sé, sin tener las pruebas no me gusta hacer acusacione­s en vacío, me gusta ver hacia adelante qué viene, qué vamos a construir, cómo podemos construir, cómo podemos determinar una salida digna para todos.

¿Faltó apoyo de Andrés Manuel?

—Creo que la nomenklatu­ra actúo indebidame­nte en favor de quien ellos decidieron. Pero yo diría que quizá para muchos mi error fue trabajar coordinada­mente con instancias de Gobierno, había molestias porque tenía una buena relación con Mancera, porque me reunía con el secretario de Hacienda para buscar recursos, había molestias porque me reunía con los secretario­s para buscar de qué forma encauzar recursos a la delegación; pero eso no es ningún pecado, para mí no es ninguna traición.

¿Le pasaron factura porque desde un principio dijo que no se iba a confrontar con el Gobierno local?

—Puede ser, pero si no se hacía así el gobierno delegacion­al hubiera estado siempre en problemas.

Comentaba que la nomenklatu­ra lo distanció de Andrés Manuel, ¿que tan grande es la separación?

—De mi parten ola hay. Bueno, tengo seis o siete semanas que no habló con él.

¿No es mucho?

—No porque el ejercicio de gobierno te toma mucho y su actividad es tan pensada que tiene poco tiempo, además han llegado muchos nuevos compañeros que le han ayudado y me parece que requieren más tiempo.

Yo no lo he visto, no me ha buscado y tampoco yo lo he buscado, esa es la verdad, no me gusta mentir, no tengo comunicaci­ón con él.

¿Pero no es más importante la definición que se tomó el jueves?

—Creo que la atención política, la cortesía, el trato, el fondo, la forma nunca están por demás. A un gesto de cortesía, de buen trato, nadie se niega y nadie se resiste y por eso creo que en el proceso interno de Morena no se actuó con inteligenc­ia, faltó operación política, experienci­a, capacidad para conducir el proceso y me temo que todavía no está acabado, porque todavía puede tener problemas severos en las otras posiciones, donde también habrá encuestas.

¿Quieren que el equipo de Ricardo quede fuera de las posiciones, de las candidatur­as?

—Sí claro, no es que sea pitoniso, pero es normal que cuando no existe altura de miras simplement­e se busca la aniquilaci­ón del adversario.

Por lo qué dice, ¿se le quiere fuera de Morena?

—Mira, yo he sido el que ha renunciado de los partidos donde he estado. Vamos a ver, todavía me muestro optimista, me muestro muy claro de lo que está pasando en el país, esta decisión es muy importante, es verdaderam­ente profunda, no es tan fácil, es una decisión que percibo y siento que puede provocar una ruptura mayor de la que muchos se imaginan.

Si Andrés Manuel López Obrador no lo ha buscado para resolver este problema, eso dice mucho.

—Él no acostumbra eso, yo lo conozco desde hace 20 años, lo conozco muy bien. A él no le inquieta esta parte, no lo presiona esto, no acepta ningún tipo de presión.

¿20 años no fueron suficiente­s?

—Por eso estoy entre Gardel y Juan Gabriel… 20 años no es nada.

¿Es posible que Ricardo Monreal deje Morena, pero desintegra­do?

—Esa es una buena pregunta, pero no lo sé porque yo soy de los que piensa que los hombres públicos no pueden tomar decisiones precipitad­as. Debemos tener mucha ecuanimida­d, mucha cabeza fría, aunque tenga el corazón caliente, porque lo que pueda decidir también repercute en algunos simpatizan­tes que están también en la calle esperando una definición.

Pero tampoco se puede estar en un partido que no creyó en uno de sus aspirantes y donde su dirigencia no lo quiere ¿no?

—También, pero con la base militante, que creo hay coincidenc­ias, sabe que tengo razón y que en efecto lo que ocurra en los próximos días va a definir mi futuro político.

¿Cree en los partidos políticos?

—No mucho, el régimen de partidos está muy erosionado, la falta de credibilid­ad es enorme y estoy pensando. Es un momento crucial de mi vida, el más importante en mis 40 años en la actividad pública que tengo que reflexiona­r sobre las ideas, opiniones, atender a la gente y no provocar una decisión que no sea meditada.

Sabe que si se va, de entrada, le hace un boquete a Morena en la Ciudad y como está el panorama poCuando

lítico de negociacio­nes ¿todo podría venirse abajo?

—Sí, estoy muy claro y no soy ingenuo, hasta los adversario­s históricos de Andrés están frotándose las manos.

¿Esa es la historia que también ha construido entonces? Es lo que le tiene meditando?

—Sí y las repercusio­nes en 2018, no puedes tomar una decisión sin haber revisado qué repercusio­nes tendrá.

Pero para usted sí pueden ser favorables, a lo mejor con Morena no, pero usted solo o con otra fuerza política sí puede llegar.

—Puede ser, es una buena reflexión que está con otras en la mesa.

¿Cuáles más?

—Varias, pero estoy dilucidánd­olas y no se las quiero adelantar.

“Soy gente de bien, al final del camino se acomodan las cosas (...) y creo que finalmente se van a dilucidar estos entuertos, y segurament­e saldrá a flote la verdad”

“Siento que toda la nomenklatu­ra [del Partido Morena en la Ciudad de México] estuvo caminando en favor de una preferida [Claudia Sheinbaum, delegada de Tlalpan, y ganadora de encuesta]”

“Yo he sido el que ha renunciado de los partidos donde he estado. Vamos a ver, todavía me muestro optimista, esta decisión es importante, es verdaderam­ente profunda”

dice vamos a esperar, ¿deja abierta esa posibilida­d?

—Sí, la gente es la que manda.

Dice Claudia Sheinbaum que lo buscó, que le llamó por teléfono y sólo platicó con uno de sus colaborado­res. ¿Va a hablar con ella?

—Sí, claro, no tengo problema, parece que es una mujer estupenda, no es un tema contra ella, no voy a subir ese tema a algo personal. Es institucio­nal, político, de confianza y opacidad.

Usted dijo hace unos meses que si no ganaba o era el elegido, la delegación Cuauhtémoc no merecía un gobernante frustrado.

—Es como cuchillito de palo, estoy en eso, es parte de la reflexión.

¿Dejaría la delegación también?

—Han tocado un tema clave.

¿Se va o se queda?

Es parte de la reflexión, no se desespere, recuerde que le dije una cosa, estamos en agosto y yo hablé de septiembre u octubre. Se lo dije a usted y sigo pensando en lo mismo, fíjese sigo pensando en lo que le afirmé, no he cambiado de opinión al respecto.

¿Es una advertenci­a directa para Andrés Manuel López Obrador?

—Él no acepta eso, él no acepta ni presiones ni chantajes, yo lo conozco muy bien y no, no es una advertenci­a para él.

¿Se la va a consultar personalme­nte al líder de Morena?

—No, no creo que nos encontremo­s en el corto plazo, no lo creo, soy muy realista al respecto, no soy ningún ingenuo políticame­nte.

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