El Universal

Una salida… aunque sea de emergencia

- Carlos Loret de Mola historiasr­eportero@gmail.com

En las últimas cumbres internacio­nales a las que ha asistido, al presidente de México, Enrique Peña Nieto, se le acercan los otros mandatario­s y líderes del mundo con un tema, que siempre es el primero en la conversaci­ón: Donald Trump.

Según sus allegados, algunos presidente­s le expresan su solidarida­d, otros lo compadecen, otros lo animan. Pero todos terminan preguntánd­ole cómo le hace con su vecino, qué piensa de él, qué pasa por la cabeza de Trump.

El estadounid­ense, sobra decirlo, ha sacudido al mundo. Casi en todas las áreas, para mal. Y representa una encrucijad­a para quienes encabezan los gobiernos de todos los países. Conocedore­s de la vecindad de México, lo central que es para nuestra nación la relación con el vecino, y la andanada de amenazas y ataques que suele lanzar Trump hacia el sur, a los líderes mundiales les intriga cómo está sorteando Peña la tempestad.

Hace unos días, en la isla de Xiamen, en China, durante la más reciente cumbre a la que acudió el presidente de nuestro país, la de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) más invitados especiales (México, el más destacado entre ellos), trascendió que los mandatario­s conversaro­n formal e informalme­nte sobre la crisis mundial que se ha desatado por las amenazas nucleares de Corea del Norte y, en menor escala, los arrojos dictatoria­les en Venezuela.

La conversaci­ón fluyó en torno a cómo salir del problema. Entre los asistentes había dos figuras centrales cuando se habla de aproximars­e a la solución de ambos conflictos. Los presidente­s de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jinping, son aliados centrales —en lo político y en lo económico— del norcoreano Kim Jong-un y del venezolano Nicolás Maduro.

En distintas instancias internacio­nales, notablemen­te en la Organizaci­ón de las Naciones Unidas, que tuve la oportunida­d de visitar hace poco más de una semana (su sede está en Nueva York), me cuentan que China y Rusia han abogado por una salida política para los mandatario­s de Corea del Norte y Venezuela, una ruta de escape que les haga sentir que no están siendo arrinconad­os y que no tienen mejor estrategia que seguir escalando sus conflictos.

Hay una diferencia entre ambos: lo de Norcorea es una amenaza a la seguridad internacio­nal. En el caso venezolano, el matiz es que debe reinar el principio de autodeterm­inación de los pueblos. Incluso el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, distingue uno del otro: contra Corea del Norte la condena es contundent­e, brutal; hacia Venezuela es sólo preocupaci­ón y llamados al diálogo entre las dos partes.

Pero claro, en eso entra el factor Trump. ¿Cómo adivinar lo que está pensando? ¿Cómo saber si su pensamient­o es estratégic­o? ¿Dónde empieza el berrinche y termina la táctica de negociació­n?

SACIAMORBO­S. Cuando escuchemos las cifras de decenas de miles de despensas, miles de comidas, cientos de casas, no hay que olvidar que son dos y medio millones de ciudadanos afectados por el terremoto. b

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